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El 8 de agosto de 1987, en Florida (Estados Unidos), el barranquillero Sugar Baby Rojas besaba la gloria cuando ganaba el cetro mundial supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Santos ‘Falucho’ Laciar, un aguerrido pegador argentino y que hasta ese entonces gobernaba el título, no pudo contrarrestar los golpes del retador nacido en el barrio El Bosque y se convertía en la víctima de la profecía de Martín Rojas, padre de Sugar, que el día de su nacimiento expresó que su vástago sería un campeón mundial.

El pasado 24 de junio, Sugar (55 años), proveniente de una dinastía dedicada al deporte de las ‘narices chatas’, entró a formar parte del Salón de la Fama de la Florida, hecho histórico para el boxeo colombiano.

¿Qué hay de la vida de Sugar Baby Rojas?

Me radiqué en Miami desde 1982 cuando aún boxeaba. Venía a Barranquilla cuando estaba estresado porque uno en este deporte sufre mucho. Venía al vacile, que la ‘noviecita’, me tomaba mis copas y después regresaba como nuevo. Ahora, ya retirado (desde 1993) soy entrenador personal de boxeo y espero un puesto en la Liga Atlética Policial, en Miami.

¿Por qué le pusieron ese nombre?

Mi papá fue boxeador. Tuve varios hermanos que estuvieron en el cuadrilátero (Clemente, Rafael, Martín, Idabeth, Candelaria), pero ellos fracasaron. Clemente obtuvo, en Múnich (1972), una presea olímpica cuando también ganaron Alfonso Pérez y Helmut Bellingrodt. Mi nombre me lo puso mi papá por Sugar Ray Robinson y por Davey Moore, pero con este último hubo una confusión porque mi padre escuchaba radio y él entendía que decían Bebis, no Davey (risas). Yo me llamo Bebis José Rojas, pero luego adquirí el nombre de Sugar Baby Rojas.

Con ese nombre estaba destinado al boxeo...

Sí. Yo jugué fútbol en el Millonarios de Rebolo, pero imagínate al relator diciendo: La lleva Sugar Baby Rojas (risas). Eso no pega. Cada quien está destinado a algo y yo lo estaba para el boxeo. Yo fui el ‘Mesías’ del boxeo para la familia Rojas, para mi familia. Yo fui el escogido.

¿Qué siente ahora que su nombre hace parte del Salón de la Fama del boxeo en la Florida?

Gracias a Dios me tomaron en cuenta en el estado de la Florida (Estados Unidos). Yo fui campeón mundial, fui campeón intercontinental de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo) y de la FIB (Federación Internacional de Boxeo) en dos pesos diferentes: gallo y pluma.

¿Cómo se enteró de la noticia?

Llegué a Miami el 17 de enero porque había pasado diciembre (2015) acá en Barranquilla. Cuando llegué a Miami y cambié el chip, en migración, me entró un mensaje de un amigo que decía congratulations (felicitaciones) y yo quedé perdido. Luego leo más del mensaje, casi que encubierto porque en migración, en Estados Unidos, no se puede sacar el celular. Leí que había entrado al Salón de la Fama. Fue una alegría inmensa, incluso más importante que ganar el título mundial en el 87.

¿A propósito del título, qué recuerda de esa pelea con Santos Laciar?

Fue una preparación de 29 días. Estaba decepcionado con ‘Tuto’ Zabala (su apoderado) porque no me daban la oportunidad de pelear por una buena bolsa. Ya ‘Happy’ Lora y Fidel Bassa eran campeones. Recuerdo que estaba en Salgar tomándome unos tragos con mi exmujer (Yaneth) porque estaba aburrido y cuando regreso a casa me dijeron que Zabala me había llamado. Lo llamé y me dice que me vaya a Miami a entrenar con Amílcar Brusa porque voy por un título. Fue una gran noticia.

¿Esa fue la pelea más dura que tuvo?

La pelea con Santos ‘Falucho’ Laciar fue la más dura porque tenía nerviosismo, tenía miedo de fracasar, de quedarle mal a mi papá y de quedarle mal a Barranquilla.

¿Cómo le fue con el argentino Brusa?

Llegué con 127 o 129 libras. Era difícil bajar a 115 libras. Él no daba un peso por mí, pero luego, en 15 días y haciendo guanteo con Antonio Esparragoza (púgil venezolano), cambió el concepto y ganamos ese título. Brusa era un señor de carácter y respeto. Luis ‘Chicanero’ Mendoza, que fue pupilo de él, tiene esas virtudes.

¿Cuántas veces defendió el título?

Una defensa la hice ante Gustavo Ballas (ganó por nocaut), otra con Gilberto Román y este último me quita el título. Román sale positivo por doping y el CMB no lo despojó ni me regresó el cetro, solo le dijeron que pagara una multa de $5 mil dólares y después, a los tres meses, me da la revancha. Fue el 7 de noviembre de 1988, en Las Vegas.

¿Con quién quiso pelear y nunca pudo?

Contra Marco Antonio Barrera, Naseem Hamed, Jorge ‘el Maromero’ Páez. Esas peleas no se dieron porque los manejadores no quisieron. Yo quería pelear contra los grandes del boxeo.

¿Cuál fue el mejor boxeador que usted pudo ver?

Para mí el mejor que dio Colombia, que admiro, es mi amigo, y siempre he dicho que merece un homenaje, Emiliano Villa. Fue campeón nacional en cuatro categorías y eso fue difícil. No puedo hablar de Caraballo porque no lo vi. Siempre hay que hablar del presente y el pasado va quedando. Es como el fútbol. Ahora mismo el mejor es James, pero no puedo decir que va a ser el mejor siempre porque viene un futuro. Cada época trae a un ídolo, como lo fue ‘el Pibe’ Valderrama.

¿Cuál fue el momento más difícil en el ring?

En ‘El Campín’ ante Virgilio Palomo (18 de septiembre de 1981). Me dio un derechazo en el oído y me tiró. Fue la única vez que visité la lona. Luego me levanté, le di una paliza y gané por decisión.

'En el cuadrilátero gané todo lo que quise, pero no gané dinero'

¿Cuál es el mejor boxeador de la historia?

Del pasado, Cassius Clay (Muhammad Ali). En el presente, Floyd Mayweather será el mejor libra por libra. ¿Quién ha ganado seis títulos mundiales en seis divisiones diferentes? Es el mejor boxeador que ha dado la historia.

¿Ganó todo lo que quiso en el boxeo?

En el cuadrilátero gané todo lo que quise, pero no gané dinero, falta dinero. Soy uno de los grandes en el boxeo de Colombia. Todavía vivo con lo poco que gané de dinero.

¿Qué extraña de Barranquilla?

Lo que me gusta es el desorden (risas), pero en los bares como La Troja y eso. Nada de irrespetar al vecino porque no me gusta la bulla en los lugares donde vivo.

¿Y de El Bosque?

'Soy bosquero y por eso bailo', como dice Luis Narváez. La vaina es que yo no bailo, no estoy en el ‘perreo’, pero admiro a él, a Likar Ramos, Fidel Bassa que se hizo en ese barrio, también al ‘Piojo’ Acuña. Es un barrio que le ha dado mucha gloria a Barranquilla.

¿Usted que es hincha de Junior cómo vio la salida de Alexis Mendoza como técnico?

Pienso que a la directiva le hace falta meterse la mano al bolsillo y traer jugadores buenos. Las dos únicas diversiones de Barranquilla son el Junior y el Carnaval y si no le metemos plata se desaparecen. Yo no quiero que mi equipo se vaya para la B.

¿Nunca tuvo problemas de alcohol o de drogas en su carrera?

Me gusta tomarme mis tragos, pero no soy alcohólico. Amo a Dios y a la vida. No gusto de drogas y en la calle están los resultados. Si la droga diera riqueza y dinero, estuviera ahí. No me llama la atención ningún vicio que lleve a la muerte.

¿Ninguno de sus hijos fue boxeador?

Tuve tres varones. A uno le puse Josimar como el jugador brasilero y es diseñador automotriz. Otro se llama Baby Sugar Rojas Junior y es contador público. Tuve un hijo (Joel) que hace tres años, alguien que no gustaba de él, lo hizo sufrir a balazos. Así es la vida.

¿Qué piensa de la idea de la AIBA de llevar púgiles profesionales a los Olímpicos?

Para mí es lo peor que puede hacer la AIBA porque el boxeo amateur moriría. Todos los deportes deben llevar solo aficionados.