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Cuando el portero del hospital vio su cédula y leyó su nombre, de inmediato le recordó aquella Copa América de 1987. '¿Tú eres Mario Coll, el que marcó a Maradona con la Selección? ¿El que jugó en Junior? ¿El hijo de Marcos?', disparó interrogantes el vigilante.

Después de 15 años, Mario Alberto Coll regresó a Barranquilla y es inevitable para él rememorar esos lindos momentos que vivió en el fútbol.

Mario es recordado por la excelente marca que le hizo a Diego Armando Maradona en las dos ocasiones que lo enfrentó. Primero en Junior-Argentina, en 1986, en el segundo juego de la historia del estadio Metropolitano. Luego con la Selección Colombia en la Copa América de 1987.

En el fútbol nacional celebró dos títulos, uno con el América en 1990 y otro con los tiburones en 1993.

¿Qué hay de la vida de Mario Coll?

Hace 15 años estoy en Dallas, Texas. Trabajo con una academia de fútbol, estoy con dos amigos. Trabajamos la formación de niños entre 14, 15 y 16 años.

¿Cómo llega Mario Coll a Estados Unidos?

A raíz de la Copa Legendario (torneo para jugadores retirados) a la cual fui invitado tres años seguidos. La tercera vez que fui a Dallas ya miré la opción de quedarme, así es como comienza ese resurgir mío en Estados Unidos. Han sido 15 años maravillosos, compartiendo desde que me retiré. Tengo tres hijas y las he visto crecer.

¿Ya radicado en Estados Unidos cuáles son sus expectativas?

Yo llegué a Estados Unidos en un gran momento. La pasión no se pierde. Veo la ilusión de ser técnico.

¿En qué equipo se retiró?

Regresé en 1993 al Junior y tuve la oportunidad de compartir esos grandes momentos del equipo. Jugadores como Valenciano, ‘El Niche’ Guerrero, Víctor Pacheco, ‘el Pibe’ Valderrama. No fui titular porque ya estaba de regreso, pero fue una experiencia magnífica terminar como campeón con Junior.

Hay una imagen del título del 93 en donde usted aparece cargando a Mackenzie después que anota ese agónico gol...

(Risas). Eso fue emocionante por lo que se vivió ese día. Fue vibrante la manera como ganamos y porque daban a Medellín como campeón. En esa jugada fantástica del ‘Mono’ (‘El Pibe’), después el pase a Mackenzie, fue una sensación inolvidable como la que viví con América, porque yo fui primero campeón en 1990. Uno cuando es campeón se siente muy feliz.

¿Cómo llegó usted al Junior?

En el Junior estaba Varacka y mi papá le habló de mí. Me había visto jugar en el colegio y ese día hice tres goles. Quedó sorprendido con mi actuación. Entonces Varacka le dijo a mi papá que fuera a entrenar. Tenía 18 o 19 años.

Usted hace parte de la historia del estadio Metropolitano porque jugó los partidos inaugurales de Junior contra Uruguay y Argentina. ¿Qué recuerda de esos partidos?

Ese partido con Argentina fue inolvidable. Compartí cancha con Diego Armando Maradona. Con la Selección Colombia que jugó la Copa América del 87 también lo enfrenté y viví ese gran momento cuando le ganamos a Argentina. Con Junior era parte de la inauguración del estadio Metropolitano.

¿Cómo fue la experiencia de marcar a Maradona en dos oportunidades?

Eso fue como hoy marcar a Lionel Messi, no era fácil. Me acuerdo que estando en el proceso de la Selección, ‘Pacho’ Maturana, sabiendo lo que yo hacía dentro de la cancha por mi perfil, en un entrenamiento me mandó a marcar al ‘Pibe’ Valderrama por toda la cancha durante 45 minutos. Yo terminaba exhausto, eso hoy no lo hace cualquiera.

¿Qué le decía Maradona cada vez que usted lo marcaba?

A nadie le gusta que lo estén marcando y más por toda la cancha, entonces él se molestaba, pero eso era parte de lo que me tocaba, eso me lo mandaron a hacer. Llegó un momento en ese partido con Argentina en el que ‘Pacho’ me dijo: Mario, ya déjalo quieto. Y luego ganamos nosotros 2-1. Maradona estaba impotente con mi marca, él no podía hacer lo que sabía por mi presión, se enojaba mucho. Le hice una marca personal.

¿En qué partido fue más difícil marcar a Maradona: con Junior o con la Selección?

Con la Selección. Ahí el Diego estaba en su plenitud. En el Metropolitano fue un partido amistoso, pero él me felicitó. Con Uruguay también pasó lo mismo. Trajo a Enzo Francescoli y me tocó marcarlo.

¿Qué significó para usted marcar a dos grandes del fútbol mundial como Maradona y Francescoli?

Y al mismo ‘Mono’ ( ‘El Pibe’), que me tocó en prácticas (risas). Realmente fue algo satisfactorio porque tenía la capacidad para hacerlo. Aparte, yo era un futbolista que sabía jugar y eso me ayudaba muchísimo.

¿Cuántas patadas le dio a Maradona?

(Risas). Ya ni me acuerdo, como unas seis, pero llegó un momento en el que se sentía presionando y ahogado por mí marca. Pero realmente fue algo de fuerza y eso se manejó.

¿Cómo vivió ese triunfo de Colombia ante Argentina en la Copa América de 1987?

Fue el resurgir de una gran generación, que dio mucho fútbol y dio grandes jugadores. Vivimos una época maravillosa, en donde se nos complacía, teníamos el honor de poder participar y viajar por primera vez a una gira por Europa. Estuvimos en Finlandia, Escocia e Inglaterra, cuando jugamos en Wembley. Son momentos inolvidables que viví con una generación que dio mucho por el fútbol.

¿Cuál fue la época más bonita en Junior?

Desde que comencé a jugar viví momentos inolvidables, tuve técnicos de gran jerarquía. Ese era un Junior grande, con jugadores que enamoraban a la afición. El comienzo con Junior fue inolvidable.

¿Qué clase de volante era Mario?

Un clásico mixto. No era como la gente decía que no sabía con la pelota. Jugaba y lo hacía bien. Hoy el fútbol es de todo terreno y hay que saber jugar.

¿Cómo llega usted a la Selección Colombia?

Por las mismas circunstancias que estaba viviendo, jugando bien al fútbol. Yo viví todo el proceso con Maturana. Pero me dolió muchísimo la manera como me sacaron porque yo inicialmente estaba viviendo todo el proceso. Llegó el Mundial del 90 y me sacaron, no pude ir.

¿Por qué lo sacaron?

Hasta el día de hoy no sé ni qué pasó. Eso para mí fue doloroso, quería vivir algo parecido a lo que vivió mi papá. No poder ir al Mundial del 1990 fue duro para mí, pero compartí con grandes compañeros.

¿Usted después le preguntó a Maturana por qué no lo había convocado al Mundial?

Hubo un momento en el que tuvimos la oportunidad de hablar, no sé si fue verdad lo que él decía. Yo tenía mis razones.

¿Y qué explicación le dio él?

Él decía que en ese momento necesitaba otra opción, pero pensando en otro jugador, otra alternativa que él quería manejar, otro puesto. En mi puesto había grandes jugadores, yo no sé si fue injusto o justo, pero ese fue el momento que más me dolió.

¿Era muy grande tener esa responsabilidad de que su papá había marcado un gol olímpico en un Mundial?

Imagínese. Mi papá fue un gran jugador. Continuar con ese legado fue impresionante. Yo cobraba los tiros de esquina en el América y a veces intentaba marcar un gol olímpico.

¿Cómo ve al Junior de hoy en día?

Respeto mucho a los directivos. Sé lo que hace la familia Char por el equipo. El momento del fútbol colombiano se ha estancado. Están saliendo jugadores, pero los equipos no se han consolidado. Ya era hora de que Junior tuviera un técnico barranquillero y apoyo a Alexis Mendoza, pero hay que darle los ingredientes. El Junior siempre ha sido un equipo grande.

¿Qué cree que le hace falta al Junior?

Buenos jugadores porque los equipos engrandecen al técnico trayendo buenos jugadores. Hay que fortalecer las bases, que tengan los campos de acción donde trabajar, tengo entendido que el Junior en eso se ha estancado, ahí Junior no ha crecido. Al Junior le faltan jugadores de jerarquía. Con la nómina que tiene Alexis hizo demasiado en el pasado torneo.

¿De los volantes que hay actualmente cual se parece a usted?

Guillermo Celis. Lo vi en Estados Unidos y me sorprendió. Es un muchacho de ir y venir.

¿Cómo fue la época esa en la que los hermanos Rodríguez Orejuela dirigían al América?

Ellos hacían una gran inversión. Es un tema que hay que reconocerlo, pero eso perjudicó mucho al fútbol, mira cómo están los clubes. Son momentos que se vivieron, pero nosotros estábamos aislados de ese tema. Como era nuestro trabajo estábamos solo para jugar fútbol. En ese entonces el América compraba a los mejores jugadores, como lo hace el Real Madrid.

¿Tuvo contacto con ellos?

Sí, tuve contacto con ellos. Eran muy respetuosos. Ellos participaron en la fiesta del título cuando nosotros llegamos al estadio, un recibimiento impresionante, pero siempre fue en una posición correcta y respetaron nuestras condiciones.