Madrid. El Real Madrid se levantó tras su traspié ante el Betis en un plácido encuentro frente a un Espanyol con las bajas de sus mejores hombres (6-0) al que Cristiano Ronaldo endosó un triplete para extender el idilio del equipo con el Santiago Bernabéu, que disfruta de goleadas en cada partido que acoge.
Obligado a levantarse tras el inesperado primer tropiezo con Zinedine Zidane, el Real Madrid volvió a enamorar a su afición con un fútbol vistoso.
El equipo blanco estuvo instalado siempre en campo del rival, un Espanyol mermado que miró más el paso de los minutos en el marcador que la portería rival y que se marchó con la misma cara que los jugadores del Deportivo y el Sporting de Gijón. El Santiago Bernabéu, convertido en un fortín donde cada rival es goleado desde la llegada de Zidane.
El Real Madrid recuperó la intensidad desde el inicio y en unos minutos dejó todo visto para sentencia, con juego rápido, de toque con precisión, y la verticalidad que imprimen Isco y un James mejorado.
El cucuteño marcó su primer tanto en la era Zidane y recupera su cuota en el césped del Bernabéu, luego del último gol vistiendo la camisa del Real Madrid, el pasado 8 de noviembre, en el Sánchez Pizjuán.