Siete minutos electrizantes con tres goles a bordo, un penal no sentenciado, mucha pierna fuerte y una gran fiesta en la tribuna marcaron la ajustada victoria del Unión Magdalena 2-1 sobre Real Cartagena en el clásico costeño de la duodécima del Torneo Postobón.
Al filo de la última casilla clasificatoria a los cuadrangulares semifinales del segundo semestre, llegaron samarios y cartageneros al clásico en el estadio Municipal de Ciénaga.
Los primeros minutos fueron tensos, sin un claro dominador y un partido que se prestaba más para el choque y el error.
A la media hora de partido, Unión tuvo en los pies de su goleador, Erwin Carrillo, la primera gran opción de gol, a pase de Andrés Felipe Roa, pero su remate salió a un lado de la portería defendida por Bayron García.
LOS GOLES Y LAS EMOCIONES. Al minuto 33 llegó la primera alegría para el dueño de casa. En una rápida descolgada por el sector izquierdo, Jhonier Viveros burló la marca de William Carrascal y ante el achique del portero García, habilitó a Erwin Carrillo que solo tuvo que tocarla a marco solitario para poner la ventaja mínima a favor del ciclón.
Undécima celebración de ‘Alpinito’ Carrillo en doce fechas de calendario manteniéndose como el máximo artillero del Torneo. 21 anotaciones registra el capitán bananero en lo corrido del año.
La alegría en las gradas todavía estaba en furor cuando Viveros anotó un golazo y así estirar la ventaja a dos goles cuatro minutos después. El habilidoso volante descolgó nuevamente por izquierda y finalizó con un derechazo a ras de pasto una gran jugada personal.
El grito Unión se hizo más fuerte con la diferencia de dos goles, y cuando algunos ya hablaban de goleada, Real Cartagena descontó con un gol de gran factura en los botines de Edis Ibargüen. Faltaban cinco minutos para finalizar la primera mitad y el visitante volvió a meterse en el partido.
UN TRIUNFO APRETADO. La segunda mitad tuvo un partido lleno de impresiones y nervios en zona defensiva del Unión Magdalena, al punto que el guardameta Luis Estacio resultó como figura.
El técnico Jiménez le apostó con sus cambios al ataque. El ingreso de Esneider Salinas, primero, y Norman Cabrera, después, le dieron poder ofensivo ante un bloque de siete jugadores unionistas en retaguardia.
Estacio figuró con una atajada que salvó lo que era el empate a dos tras un remate de Salinas en el área chica. En el mejor momento del Real Cartagena llegó la jugada polémica del partido, una falta penalti que Julio Murillo le cometió a Yesus Cabrera que el árbitro guajiro Jonathan Márquez sentenció y luego revertió su decisión. Reclamo total de los jugadores y el banco heroico.
Real Cartagena no bajó la guardia y se fue en busca del empate pero jamás llegó. Unión resucita, logra su tercera victoria al hilo y vuelve a estar en carrera por mantenerse dentro de los ocho semifinalistas.