El Giro de Italia huele a Colombia. A Rigoberto Urán, el líder. El de la maglia rosada. Y al amenazante Nairo Quintana, el mejor escalador del mundo, quinto en la general a 2 minutos 40 segundos. Es lo cree su equipo, el Movistar, ahora que su jefe ha recuperado fuerzas, la tos no lo delata, sino la frescura de sus piernas y cómo ha recortado camino a Urán. (Ver infografía Urán y Quintana, por el título).
Hay miedo en el pelotón. Desconfianza en Urán que no ve a Quintana debilitado. 'Dice que está mal y cuando ataca saca siempre ventaja. Se sabe mover muy bien, es muy listo'.
Después del último descanso rumbo a Trieste en Udine, el final del Giro, llega el día. La etapa más corta: 139 kilómetros con los Dolomitas en la cima y en duda de subir por el mal tiempo. El frío y la lluvia están agazapados. Hace un año, Urán estaba en la misma situación de Quintana. Las predicciones meteorológicas favorecieron a Vicenso Nivali, el líder y campeón defensor. La etapa no se corrió.
Nairo la pide, con toda la carga ambiental y un paisaje para coronar al mejor. No está solo. Pendiente de Urán, también debe echar sus ojos, imperceptibles en sus gafas de sol de marco gris, al joven Aru, Majka y Pozzovivo.
Es la motivación de un trepador. Sabe lo que está al frente y lo que puede generar la etapa de tres puertos de montaña. Primero Gavia una rampa a 2.618 metros, un pasillo estrecho flanqueado por moles de hielo de 12 metros de altura. Luego Stelvio, la cima Coppi, la más alta a 2.758 y Val Martello, la meta, 2.059 metros. Entre los tres monstruo, 67 kilómetros de ascensión para superar un desnivel de 4.300 metros. Quintana cree que la etapa será abierta. Para definir todo y mucho a su favor. Colombia es la que ganará. Urán o Quintana.