Con la finalidad de reactivar la economía en nuestro país, reduciría la inflación a cero, disminuiría en la rebaja de impuestos y disminuiría el gasto público, estas ideas fueron ejecutadas por el expresidente de los Estados Unidos de América, Ronald Reagan, al comenzar su administración.

Por otra parte, refinanciar la deuda de los algodoneros, obligando a las industrias textileras a importar los más modernos telares que superan a los nuestros que son obsoletos y que poseen nuestras plantas de textiles. Esto significaría un costo operativo mucho más bajo para competir con telas extranjeras que nos ahogan en una incontenible marejada de contrabando…

Otra alternativa para dicho fin, es el clamor de las poblaciones ribereñas para canalizar el río Magdalena, manteniendo un dragado permanente, al tiempo que se aplicaran los tratamientos adecuados para combatir la erosión.

De hecho, el río es la vida de un sector de población colombiana y solución para la otra cara del transporte por sus bajos costos, como mayor alternativa para el abaratamiento de los fletes.

Entonces, una sólida economía es garantía de una política honesta y un ambiente general libre de traumas sociales.

Además, mejorar la posición del café en el mercado exterior, la industria siderúrgica, la diversificación de las exportaciones, la agroindustria y el petróleo.

La aceleración del proyecto de refinar el crudo que equivale a una extraordinaria cantidad de barriles diarios de gasolina que necesita el país como complemento de sus necesidades diarias y que tenemos que importar. Por ejemplo, cuando el petróleo estaba a 38 dólares el barril tuvimos que importarlo. Ahora, después del bajón del precio lo estamos exportando.

Si hacemos crecer el producto interno bruto, incrementamos las exportaciones y le damos marcha atrás al déficit fiscal, tendremos una de las ventanas abiertas.

El guarismo establecido por el déficit es parte del pudín de la inflación. Y si acabamos con el despilfarro de los recursos fiscales, rebajamos el gasto público y disminuimos los impuestos al sector privado, que es el que genera el mayor porcentaje de empleos, tendremos un país en condiciones respiratorias, protagonizando una nueva estrategia de desarrollo económico.

La instalación de industrias y empresas extranjeras con tecnologías avanzadas es otro paso decisivo para el nuevo diseño de desarrollo, que nos ahorraría divisas, genera empleos y alimenta el flujo tributario que revierte favorablemente en la disminución del déficit presupuestal.

El transporte fluvial consume tres veces menos combustible que el sistema ferroviario y siete veces menos que el automotor por kilo de peso y metro de longitud. Entonces, esta circunstancia constituye una razón más para devolverle la vida a nuestros ríos y a sus poblaciones ribereñas.

Bajar los impuestos y disminuir el gasto público, ¡he aquí una ecuación bien equilibrada!

El presidente Reagan lo hizo y ¡vaya que sí le dio resultado!