Primero fue “el pez grande se come al chico”, luego “el más rápido le quita la comida al lento”. Hace diez años Moisés Naím en “El fin del poder”, señaló como éste “se deterioraba, se hacía más débil y en consecuencia más limitado y efímero”. Ahora hay quienes ven en el océano de las redes sociales la metamorfosis de un cardumen de sardinas en un cardumen de pirañas, que para cualquier ballena grande y lenta, sería la versión 2.0 de la pesadilla de Kafka. ¿Es realmente así? Y en tal caso ¿Qué hacer? Éstas y otras pertinentes reflexiones sobre temas económicos y políticos, sociales y ambientales, con conferencistas de talla mundial, fueron el objeto de un encuentro en Cartagena de los miembros de las juntas directivas de empresas filiales de ISA en todo el continente; a una de las cuales tengo la oportunidad de pertenecer.
En palabras de Santiago Montenegro, presidente de la junta de ISA: “Nos reunimos en tiempos muy convulsionados en el mundo, en la región y en cada uno de nuestros países. Además de la pandemia, vivimos una época en que el populismo y la autocracia amenazan los valores de la modernidad: la democracia representativa liberal, el pluralismo, la igualdad ante la ley y la libre empresa. Un grupo empresarial como ISA es producto de esos valores que apreciamos y defendemos. Es un grupo cuyo accionista mayoritario es el Estado colombiano, que desde sus inicios en 1967 tuvo cero injerencia de política partidista, que en los últimos 30 años solo ha tenido tres presidentes ejecutivos y que tiene un gobierno corporativo autónomo. Es una multilatina, una de las mayores transportadoras de energía de América Latina, el mayor concesionario de autopistas de Chile y opera un importante negocio de comunicaciones.”
Es relevante anotar que en todas las unidades de negocio de ISA existen nodos y conexiones entre ellos, por las cuales se desplazan bien sea electrones en el caso de las líneas de transmisión eléctrica, vehículos por las carreteras, bytes por las redes de telecomunicaciones y hasta jaguares por senderos de todo el continente, cuyas rutas procura proteger el programa ambiental “Operación Jaguar”.
Me sorprendió la diversidad en la formación y experiencia del grupo convocado. Además de economistas, ingenieros, administradores y abogados, hombres y mujeres, también hay quienes tienen formación en matemáticas, periodismo, relaciones internacionales y asuntos económicos y políticos de América Latina. Eso encaja con la visión presentada en “Break down silos”, un artículo reciente en Scientific American, que argumenta que para abordar y resolver los complejos problemas globales de la actualidad se requieren equipos interdisciplinarios.
Dada la coyuntura, el cierre del evento fue también ocasión para una cálida despedida a Bernardo Vargas en cuyos 6 años en la presidencia de ISA, entre otros logros, se cuadruplicó el valor de la acción de la empresa. Otras multilatinas con envergadura y vocación de permanencia de largo plazo semejantes harían bien en considerar la idea de una junta de juntas.
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