Ya no hay vuelta atrás. Este 17 de junio los colombianos votaremos para elegir al presidente que nos gobernará durante los próximos 4 años, en una de las elecciones más complejas de la historia del país.

Pero esta vez no han sido las amenazas de los armados ilegales, las acciones terroristas de la guerrilla, el poder corruptor del narcotráfico, el dinero de las mafias electorales o la actividad criminal del paramilitarismo los que han puesto en jaque la elección. La campaña presidencial de 2018 será recordada por las enormes tensiones generadas desde las distintas orillas ideológicas, que en la defensa de sus posiciones han acudido al insulto, la descalificación, la mentira y hasta las agresiones para validar su discurso ante su contradictor.

Las redes sociales han sido el escenario predilecto de estos enfrentamientos que terminan llevándose por delante incluso a miembros de la familia o amigos. En estos últimos días muchos partidarios de Gustavo Petro e Iván Duque, a título personal, han descargado contra el primer “adversario” que encuentran en Twitter todo tipo de ofensas a través de hilos interminables que son imposibles de seguir. Resultan insoportables.

¿Está cansado de esa confrontación? Yo sí lo estoy y hasta el gorro. Y sé que no soy la única. La polarización que está fracturando familias y amistades en el país nos está pasando factura y me temo, que independientemente de quién gane la elección, el asunto no va a parar.

El periodista y escritor barranquillero Alberto Salcedo Ramos en su cuenta en Twitter, @SalcedoRamos, escribió, “Repitamos: Yo no le digo ‘bruto’ a nadie por cómo decida votar. Yo no considero idiota a quien opina distinto. Yo no difundo información falsa. Yo podré convivir con el resultado de las próximas elecciones así no coincida con mi voto, porque en eso consiste la democracia”.

También el sacerdote samario Alberto Linero en su cuenta @PLinero dijo, “No somos enemigos porque pensemos diferente; esa diferencia es siempre una riqueza. Debatamos, pero no te voy a insultar, ni a discriminar, ni mucho menos quererte eliminar”. ¿Así o más claro? Ah, y esto aplica para quien vote por Petro, Duque o lo haga en blanco.

Este domingo vote y hágalo a conciencia, convencido que con ese derecho ciudadano puede ayudar a construir un mejor país, una sociedad más justa, más equitativa, en la que todos quepamos y nos sintamos a gusto, respetando la diferencia y reconociendo la valía del contradictor. Tras votar, acuérdese de esas personas de las que se ha distanciado porque no piensan como usted. Si está en sus manos, haga las paces. Todos tenemos ya muchos frentes abiertos como para sumar uno más.

No seamos indiferentes frente a esta elección que es realmente clave para nuestro futuro. Esa es una actitud que nos ha hecho mucho daño. Derrotemos la abstención y sobre todo la intolerancia que sigue haciendo carrera en un país donde nos cuesta reconciliarnos a pesar de las muchas y dolorosas enseñanzas que nos ha dejado la guerra.