
Vocales de la salud pública
Esta mañana nublada de abril, con gotas de lluvia primaveral, detuve el carro. Quería recordar los detalles.
El niño menor, sin camisa, montado, tranquilizaba el burro en la barranca de la represa y cuidaba sus angarillas desocupadas. En el suelo dos latas vacías de insecticidas ya usados y la hermana mayorcita las iba llenando. De pronto el mayor de los hermanos apareció en la barranca. Acudió a ayudarla subiéndose los pantalones y espantando el ganado que contemplaban la rutina matinal. Cargaron su agua y de vuelta a su casa en la vereda. La foto de la vulnerabilidad ¡sin agua, alcantarillado y aseo! Los futuros ciudadanos compartiendo el hábitat con el vacuno y arriba tristes, los guacamayos viéndolos, lloraban.
La A es la primera letra del abecedario y la que se encuentra con mayor frecuencia en el Diccionario de la Real Academia. Resalta su importancia ser la primera letra del alfabeto y establece un orden jerárquico en la importancia de las propuestas. Pertenece al grupo de las vocales fuertes. La salud publica promueve estilos de vida saludable y por medio de la prevención y protección previene las enfermedades. Tiene un abecedario y este empieza con la letra A: agua potable, alcantarillado, aseo. La OMS amplia el concepto y habla del estado sanitario y ecológico del ambiente de vida.
El agua es un derecho humano y es un deber del estado suministrar a los ciudadanos para que haga parte de los requisitos de una vida digna. Es un derecho fundamental irrenunciable y un imperativo social no aplazable. Las cifras en Colombia en agua potable muestran una brecha de injusticia incomparable: las áreas urbanas alcanzan el 92% y en la Colombia olvidada, la rural -la que no existe en la mente de sus conciudadanos- solo el 46%. En América Latina solo el Chille lleva 100% agua potable a sus habitantes y en esa escala de pendientes sociales Colombia está dentro de los países con indicadores más bajos en saneamiento ambiental. Y no hemos hablado de la continuidad horaria del servicio de agua potable suministrado.
Todos los caminos conducen a Roma, la consabida frase. A pesar de los vericuetos que tomemos la vía final lleva al mismo sitio. Para desviarnos y no pensar en eso tratamos de mirar los progresos, estudiar la calidad del agua y del saneamiento básico, las fortalezas y debilidades del sistema etc. etc. Nada cambia el destino. Hay un camino que nos lleva a la Roma perversa, descompuesta y putrefacta: la corrupción, pandemia social de esta patria.
En forma valiente Diana Giraldo escribió sobre los acueductos en Cordoba. El Regional del San Jorge y el Regional Costanero. Los muchachos que describí al inicio y sus familias son víctimas de este último y tienen derecho a preguntar por la inversión de 45 mil millones de pesos que costó. La mala calidad y el aspecto de arena del agua no han logrado que los alcaldes lo reciban. ¿Cuál será la tasa de morbilidad y mortalidad infantil por el consumo de agua de baja calidad? Cuantos años llevamos en este robispicio y no hay nadie que se pronuncie al respecto. Que pasa con la Superintendencia de Servicios Públicos y los Organismos de Control. Con agnosia auditiva (oye, pero no escucha) es el Plan de Aguas Departamentales de Córdoba. ¿Hasta cuándo? A esta dependencia le hace falta neuroplasticidad.
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