Desde una de las ventanas de mi apartamento veía la esquina de la carrera 55 con calle 80, eran las 8 de la mañana, desde las 6 estaba cayendo un palo de aguacero con rayos y centellas, y simultáneamente apreciaba un tremendo tráfico como si fuera un día soleado. Yo también me estaba preparando para salir, aun lloviendo a cántaros, porque tenía una cita en media hora.

Entonces comencé a analizar la situación y a recordar cuando un aguacero como ese de la semana pasada impedía moverme de mi apartamento porque si cogía pa’ abajo era imposible pasar el arroyo de la calle 79 en mi propia cuadra, y si cogía pa’ arriba pasaba igual o peor con el tremendo arroyo de la calle 84.

Tocaba esperar que escampara para salir y si el agua lo cogía a uno en la calle mejor estacionar en lugar seguro hasta que pasara el peligro. A las 8:30 a. m. de ese día estuve puntual para la reunión en el barrio Boston, y así diluviando solo tardé 15 minutos en un recorrido sin el temor de antaño a los caudalosos arroyos. Ese ha sido uno de los muy positivos cambios de Barranquilla, aunque aún queda por canalizar en el norte el de la calle 85 que Duque prometió financiar y como en todo nos salió con un chorro de babas, esperamos que lo logre Alex en el 2024.

Para escribir una columna confiable hay que informarse bien, y para esta me dediqué a averiguar con vecinos que sufrían con algunos arroyos de antes. Así lo hice con varios comerciantes del centro comercial Parque Central, por donde pasaba el caudaloso arroyo de Felicidad que seguía por la calle 50 hacia el barrio Abajo, y en esa esquina se dividía creando otro peligroso caudal bajando por la carrera 43 o “20 de Julio”.

También preguntando a vendedores de repuestos automotores ubicados sobre la carrera 38 cerca a la calle 45 “Murillo”, y con un gran amigo con empresa a media cuadra del Hospital de Barranquilla en el barrio San Roque. Sus respuestas fueron similares: No, por aquí ya no tenemos los peligrosos arroyos de antes, esos videos por WhatsApp cada vez que hay un aguacero, con carros arrastrados por la corriente en estos sectores, son viejos, enviados por gente sin oficio o con interés en desinformar y falsamente demostrar que esas canalizaciones no sirvieron para nada.

Yo, que conozco a algunos de esos contravías, los imagino apresurados enviándolos, son felices despotricando sobre la ciudad y sufren con sus adelantos, así que recomiendo a mis amables lectores no creer ni reenviar esos malintencionados videos. Ojalá en los próximos 4 años Alex Char pudiera canalizar también los dos arroyos que aún quedan en el sector del suroriente colindante con el caño de La Ahuyama y finalizar un par en el suroccidente para que en el 2027 todas las viejas corrientes mortales sean solo un mal recuerdo.