La imagen de Mancuso y Timochenko intercambiando ideas en un panel liderado y moderado por el padre Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, es un hecho histórico. Los dos enemigos que lideraron las más grandes máquinas de guerra, como lo fueron las Farc y los paramilitares, responsables de los peores delitos de lesa humanidad desde el secuestro, la tortura, el reclutamiento infantil, violaciones, desaparición forzada, etc. etc., dos de los responsables del baño de sangre que vivió el país durante décadas y dos de los responsables de los más de 6 millones de desplazados. Que estén compartiendo un espacio dentro de la Comisión de la Verdad es un hecho que a nivel internacional ha sido resaltado como un ejemplo del camino hacia la reconciliación y superación de la violencia. Si enemigos de este nivel pueden después de décadas de guerra sentarse a contar la verdad de sus peores crímenes esto es una luz de esperanza para otros conflictos en el mundo.
Ahora bien, frente a este hecho cuatro variables de análisis. Primero: esto se puede dar gracias al proceso de paz con las Farc. Si no se hubiera llegado al fin del conflicto con las Farc, seguiríamos en la lógica de guerra que vivimos por más de 50 años, sin un vencedor ni un vencido, empantanados en un baño de sangre.
Segundo: esto se puede dar gracias a la existencia de la Comisión de la Verdad, institución que ha sido atacada, perseguida y difamada, y que desde el mismo Gobierno no se le ha respaldado como se debería, obviamente el Centro Democrático es el menos interesado que estas investigaciones de verdad avancen.
Tercero: la Comisión busca dar una verdad para las víctimas pero también una verdad en términos de análisis de contexto, quiere decir poder explicar que era lo que pensaban, cuál era la estrategia de los actores armados para ejecutar sus crímenes.
Cuarto: el miedo a la verdad ni siquiera se da por los ex combatientes, curiosamente ellos que fueron los que vivieron y ejecutaron la guerra están abiertos a contar la verdad, el temor es por parte de los políticos que los apoyaron y de los empresarios que los financiaron, estos le han huido a la verdad por todos los medios, empezando hicieron todo el lobby para que desde el Congreso quedarán excluidos de ser llamados por la Jurisdicción Especial para la Paz, y frente a la Comisión de la Verdad también huyen, y en la lógica de que la mejor defensa es el ataque, lo que han querido es el desmonte de la JEP y de la Comisión, obviamente no quieren que sus nombres aparezcan cuando comiencen los relatos de los actores de la guerra.
Este esfuerzo de verdad que viene desde el proceso de paz sudafricano tiene 2 pilares, primero el respeto por las víctimas y el derecho que tienen de conocer la verdad frente a sus seres queridos, y la segunda como sociedad lo que busca es crear memoria histórica para no repetir los mismos hechos, y para que como país las siguientes generaciones no vuelvan a vivir los rigores de una guerra como esta, quiere decir este esfuerzo de verdad de los líderes de las guerrillas y los paramilitares no va a transformar el pasado pero si va a cambiar el futuro, esperamos que tanto Mancuso como Timochenko no se guarden nada y sea realmente la hora de la verdad.