«Ten cuidado con lo que deseas, porque puede volverse realidad», reza un refrán popular. No vaya a ser que nos pase algo así, que por estar poniendo en tela de juicio un proyecto que ha cumplido con todos los requisitos de ley (y esto hay que enfatizarlo), se detengan todos los planes en esa zona del área metropolitana.
Se entiende que esa parte es responsabilidad del municipio de Soledad, y por eso no puede ser intervenida por el Distrito de Barranquilla. Esa explicación, o excusa, será válida en el papel, pero es inútil para el ciudadano, que la sufre indistintamente.
Podría ser interesante considerar la implementación de dispositivos que capten las basuras en sitios estratégicos, antes de que lleguen al río o al mar. Algo parecido a la trampa que hay en el puente de la antigua vía a Puerto Colombia sobre el arroyo León, que algo filtra y ayuda, pero con mayor flexibilidad
No quiere decir que sea prudente despilfarrar agua, desde luego la cultura del ahorro siempre será recomendable y deberá estimularse con empeño. Eso no se debe descuidar. Pero es innegable que, como ventaja comparativa, Barranquilla puede ofrecer una gran confianza en el suministro de agua potable a sus ciudadanos, a su industria y comercio, una condición que empieza a ser cada vez más apetecible y que quizá logre marcar diferencias notables antes de lo que pensábamos.