Hay otros aspectos de nuestra vida que han cambiado. Uno de ellos es el contenido de nuestros sueños; esa vida onírica que se nos hace manifiesta cuando dormimos.
Un reciente libro de Daidre Bonett, psicóloga de la Universidad de Harvard, muestra que el confinamiento y la incertidumbre han hecho que nuestros sueños se vuelvan más vívidos.
La doctora Bonett logró recopilar nueve mil relatos de sueños y encontró que los más recurrentes tenían relación con el miedo a infectarse, lugares desiertos y ataques de animales venenosos.
El análisis de los sueños es una preocupación de los humanos desde hace miles de años. Recuerdo que cuando niño tuve una horrible pesadilla. Una joven de origen mapuche me interpretó que, de acuerdo a su cultura, cuando se soñaba algo perturbador significaba que iba a ser un mal día, y que lo mejor era acostarse y no hablar con nadie. De todo lo que he estudiado sobre interpretación de los sueños, nada ha sido tan penetrante como lo de esta joven. Cuando me asalta una pesadilla, al día siguiente evito lo más posible a la gente y tomar decisiones importantes.
Cuando era estudiante de psicología me apasionó el libro de Sigmund Freud “La interpretación de los sueños”, en el que el creador del psicoanálisis invirtió muchos años en analizar el significado de los sueños como parte de nuestra vida no consciente; donde cada sueño es la expresión subconsciente que manifiesta el cumplimiento de nuestros instintos y deseos que no se han satisfecho en el día.
Hoy, los especialistas de la vida onírica nos dicen que los sueños son producto de nuestras carencias y anhelos. Mediante ellos expresamos nuestros miedos, deseos y aspiraciones. Soñamos lo que perdimos y lo que queremos ser y tener; por eso algunos sueños pueden repetirse muchas veces en la vida.
Uno de los aspectos importantes y novedosos del estudio de la psicóloga Bonett son los sueños de los trabajadores de la salud, que están expuestos permanentemente al virus, que acompañan al paciente en su dolor y que lo ven morir. Y ya que han sido el último ser humano con el que el paciente estuvo, el contenido de sus sueños expresa frustración, impotencia y muchas angustias, producto del temor a enfermarse y contagiar a sus seres más cercanos.
Otro aspecto del trabajo de Bonett es que ella demostró que es posible que tú puedas, mediante autosugestión antes de dormir, manipular tus sueños. Una de las técnicas que propone es una foto en tu mesa de noche de alguien que quieres que ocupe un lugar en tus sueños, y en la medida en que te vas durmiendo, repetirte a ti mismo el sueño que quieres tener.
Termino esta columna con el propósito de experimentar la técnica de la doctora. Esta noche pondré una foto de Jennifer López para comprobar la validez de su experimento.
joseamaramar@yahoo.com