Después de 21 partidos en Liga BetPlay y seis en Copa Libertadores, volvimos a ver algo del Junior de Barranquilla que ganó ligas, copas y fue finalista de Copa Suramericana. Fue en el primer tiempo del partido de playoffs ante el Deportes Tolima. Observamos un poco la memoria futbolística, un poco la candencia y un poco del equipo ofensivo que siempre ha sido.

Fueron 45 minutos bien entretenidos. El segundo tiempo nos devolvió a la realidad de hoy, pues, lamentablemente, aceptamos el combate del equipo pijao, que se excedió en dureza.

Ahí se perdió el rumbo del juego simple pero eficiente a cambio del juego ríspido. Es la primera vez, este año, que he sentido la sensación que este Junior, con todo lo que hemos sufrido y padecido, puede ser campeón otra vez si se lo propone. La idea está, y la base de jugadores también.

Esta vez, Amaranto echó mano de 8 titulares del ‘viejo’ equipo y después incluyó a Cetré. Nueve jugadores de 15. Con fortalezas comunes como un buen arquero (Viera) conservando el cero (a pesar de dos jugadas comprometidas) y el VAR haciendo justicia. Un organizador del juego (Teófilo). Y un goleador a la vieja usanza (Borja). El trabajo pronto y eficiente de los volantes externos (Hinestroza y ‘Cariaco’) y la seguridad del circuito defensivo. Y a divertirse.

Ese primer tiempo, jugado a llevar diversión, lejos de estar apretando los dientes y chocar con el rival, trajo esa idea del Junior campeón.

Creo que no estamos lejos de la realidad si jugamos como en el primer tiempo. Y lejos de esa realidad si lo hacemos como en el segundo.

Hay que aprovechar que Borja, por fin, está dulce para el gol. Hay que integrarlo al juego en el plan que mejor sabe. El remate final a puerta. A pesar que soy de los que creo que Borja debería estar en 18 goles o más, el hijo de Tierralta es el jugador más efectivo-ofensivo de la liga. Ha participado en 15 de los 18 goles del Junior. 12 goles y 3 asistencias y promedia su aporte en un 54%. De aquí en más tiene la oportunidad de seguir agregando goles a su estadística que llevarán al Junior, con seguridad a pelear otra final. Pero si se juega como en el primer tiempo ante Tolima, no como en el segundo.

A pesar del optimismo, hay que recordar que la serie de playoffs con Tolima es de 180 minutos y hemos jugado 90. Que ganamos 1-0 y esa diferencia no es mucha, aunque estemos arriba. Y que el partido de vuelta en Ibagué va a ser mucho más fuerte y peleado que el segundo tiempo en Barranquilla.

Estamos a “un jugar bien como en el primer tiempo” y mantener la diferencia en Ibagué o a “un jugar como en el segundo tiempo” con todos los riesgos que ello conlleva.

Insisto en mi teoría del Junior campeón. Pero avanzar o quedar al margen es cosa de los jugadores. Ellos decidirán...