
La película de la francesa Vanessa Filho se enfoca mucho en el mensaje.
Cara de Ángel es la ópera prima de la directora francesa Vanessa Filho que se presentó en la sección ‘Una Cierta Mirada’ del Festival de Cannes en 2018. La película, plagada de escenas en close-up, parece concentrarse más en el mensaje que en el aspecto cinematográfico.
Marlène (Marion Cotillard) es una madre muy joven que vive con su hija Eli (Ayline Aksoy-Etaix), de ocho años, en un pequeño pueblo en la rivera francesa. Se divierten juntas de una manera infantil y tratan de evadir las visitas del servicio social que probablemente las separaría.
Eli debe confrontar, desde muy pequeña, realidades que no le corresponden, teniendo en cuenta a la situación económica y a la imposibilidad de la madre de asumir sus propias responsabilidades. El abuso del alcohol, las relaciones de pareja cambiantes y las ausencias permanentes muestran un cuadro completamente disfuncional para la pequeña.
Sin embargo, madre e hija tratan a su manera de buscar su lugar en un mundo donde personas como ellas no tienen cabida. En consecuencia, Eli se ve obligada a madurar a temprana edad, mientras la madre permanece en su actitud infantil.
El alcohol parece ser el único medio de escape, hecho que la niña empieza a registrar como modelo de conducta.
Pero el mundo de Eli se destroza el día en que su madre, en una noche de excesos, conoce a alguien en una discoteca y decide irse a vivir con él. Entonces el objetivo de Eli se convierte en recuperar a su madre a toda costa, aun si ello implica confrontar sus mismos demonios.
Es en este momento cuando se acerca a Julio (Alban Lenoir), un conductor que vive en un tráiler ubicado en un hermoso paisaje, con quien entabla una amistad poco usual, y éste se empieza a convertir en la única imagen adulta que tiene.
La historia, escrita por Filho, Diasteme y Francois Pirot, tiene un fondo realista, aunque en ocasiones se torna poco convincente. El tema lo hemos visto en muchas ocasiones y responde a una problemática inherente a cualquier medio social, independiente de la nacionalidad.
La lucha de niños obligados a madurar a la fuerza por circunstancias como la falta de figura paterna, la irresponsabilidad de la madre y la falta de un entorno social que le preste el tipo de apoyo que realmente necesita es una situación que dejará huellas marcadas en cualquier ser humano, como el caso de Eli.
Aunque no sean abordados directamente, hay temas que quedan rondando para reflexionar al salir de la sala, como el embarazo de adolescentes, la maternidad no deseada, la madre soltera y la intolerancia y/o falta de recursos sociales para prestar apoyo ante casos como el que aquí se muestra.
savdieg@gmail.com
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