Border es una película sueca, donde el tema de la diversidad se trata con una mezcla de géneros que, a pesar de lo disímiles, nunca desentonan, y mas de una vez nos agarra por sorpresa. Aunque en ciertos momentos podría relacionarse con La forma del agua (2017) de Guillermo del Toro, que maneja el mismo argumento, Border lleva formato propio, fuera de lo común.

El tema de fondo es la historia de amor entre Tina (Eva Melander), una mujer con una apariencia física extraña, que trabaja como vigilante de seguridad en un aeropuerto y Vore (Eero Milonoff), un visitante que devela rasgos similares a los de ella.

Además de su aspecto inusual, Tina cuenta con un sentido del olfato excesivamente desarrollado, hecho que nos recuerda el caso de Perfume: Historia de un asesino (2006). Esta particular destreza le resulta de gran utilidad para su trabajo, permitiéndole descubrir algunas trampas de los pasajeros que desembarcan, y que ningún otro oficial hubiese podido detectar.

Pero, así como Tina desenmascara casos de drogas y hasta de pornografía infantil, también detecta a Vore, un personaje de características afines a las de ella, y por quien se siente atraída, entablando una relación que cambiará su vida.

El director, Ali Abbasi, de origen iraní y conocido por Shelley (2016), se consagra como un maestro de la narrativa con esta cinta. El uso de elementos técnicos, y en especial el maquillaje a cargo de Pamela Goldammer, logra una extraordinaria ambientación que a ratos nos desubica y al mismo tiempo nos atrapa.

La película cuenta con un guión inteligente del cual es mejor no mencionar mucho por el componente de sorpresa que lleva, tanto que mientras estamos tratando de darle sentido a una imagen o a una escena, en seguida se nos presenta la siguiente con algo mas desconcertante.

Border es una película que difícilmente podremos olvidar. Al salir de la sala sentimos que mas que haber visto un filme, hemos tenido una extraña e inusual experiencia, con planteamientos sobre la identidad tanto desde el punto de vista sexual, como económico y social.

La mezcla de elementos de extremo realismo con lo irreal y fantasioso enriquece la narración, aludiendo a simbolismos que nos hacen reflexionar sobre cuan prevenidos estamos hacia lo diferente, y sobre la necesidad de un cambio de actitud.

Border quiere decir frontera, y en esta ocasión son muchas las fronteras que se analizan, que se cruzan o se transgreden. Pueden ser geográficas, tratándose de un puesto de inmigración, pero también lo son de género, de clase social, de lo racional versus lo animal, contemplando hasta las borrosas líneas de la justicia, del amor y del desamor.