Algunas películas requieren ser vistas más de una vez para entender su objetivo, o, como suelo afirmar en ocasiones, para ver por qué la primera impresión no me terminó de convencer. En el caso de Mank, lo que se requiere es conocer los antecedentes, sus personajes, y su contexto histórico, para disfrutar el cúmulo de referencias que ofrece.

Mank se centra en el proceso de participación del escritor Herman Mankiewicz (Gary Oldman), desconocido para muchos, como coguionista de El Ciudadano Kane, una de las obras más importantes en la historia del séptimo arte, y la mas relevante en la prolífica carrera de Orson Welles (Tom Burke).

La película comienza con el encargo que le hace Welles a Mankiewicz para que escriba un guion en un plazo limitado de tiempo, mientras éste convalece de las heridas producidas por un accidente automovilístico.

Dirigida por David Finch,Mank tiene el formato de un filme dentro de otro, y se basa en un guion escrito por su fallecido padre Jack Finch, quien trató de llevarlo a cabo mucho tiempo atrás, sin éxito.

A partir de flashbacks nos vamos enterando del pasado de Herman, de su alcoholismo, de su rechazo al artificioso medio del espectáculo social, y de su relación con William Randolph Hearst (Charles Dance)y Marion Davies (Amanda Seyfried), en quienes se supone está inspirado el extraordinario guion.

Este aspecto sirve de alegoría para el conflicto de fondo que se forma con los créditos de las películas, por lo general otorgados al director, relegando al escritor a un segundo plano. De hecho, la cinta muestra cómo Mankiewicz tuvo que luchar por el reconocimiento de su nombre en el guion que mereció el Oscar en 1942.

El filme hace una digna representación del mundo de Hollywood en las décadas de los 30 y 40, desbaratando en parte esa idealización que tenemos del mismo. Como se menciona en uno de los diálogos, es sólo la magia del cine la que permite tal ilusión.

Siendo la época de la mayor depresión económica, Hollywood vivió años difíciles, como cualquier otra empresa, y vemos a sus personajes centrales como Louis B. Mayer (Arliss Howard) pidiendo sin compasión a los empleados de la Metro Goldwyn Mayer aceptar una baja de salarios.

Mank recrea el contexto económico, político y cultural del momento, el despertar de ideas fascistas y el miedo al socialismo, que mucho sirve de referente a lo que se vive en la actualidad, contemplando la temática del abuso del poder y la falsa información.

El uso del blanco y negro, la tecnología digital y un excelente equipo con Erik Messerschmidt en la cinematografía, Ren Klyce en el sonido y Donald Graham Burt en el diseño de producción, entre otros, permiten reproducir el estilo de la época,transportándonos a ella con cierto dejo de nostalgia.

La ambientación de la película, la actuación de Oldmany, los monólogos ácidos de Mankiewicsz pronunciando su desprecio por ese mundo artificial y grotesco del cual se niega a hacer parte, son lo mas admirable de esta producción presentada por Neflix.