
Populismo +pandemia +pobreza = miedo, mentira o cualquier otra cosa que se escriba como m, o que huela a feo. El lector me entiende… Esto, para describir el difícil momento social y político que estamos viviendo en Colombia y en algunos países latinoamericanos y el futuro que nos espera. El populismo, según Vargas Llosa, no es una ideología sino una epidemia viral (El estallido del populismo. Libro de Alvaro Vargas Llosa). Puede ser de derecha y también de izquierda.
Ahora bien, si a esta nueva epidemia le sumamos la pandemia del Covid 19, y a esto le agregamos la pobreza, nos da un coctel tan peligroso como una bomba de gran poder destructivo capaz de transformar el sentimiento de las bases sociales, en indignados: aquellos jóvenes que protestan y hacen cacerolazos por la falta de oportunidad en empleo, educación, o por la corrupción del Estado y el desprestigio de los partidos políticos, muchos de ellos sin saber por qué y manipulados por las redes sociales.
Vale recordar que Colombia venía con un desempleo del 10% que es altísimo. Ahora con la pandemia está por encima del 20%, lo cual simplemente es una catástrofe, donde la desigualdad y la pobreza se dispararon. El hambre azota a la gente pobre, pero también toca las puertas de algunos sectores de clase media que viven en barrios de estratos altos, propietarios que no tienen para pagar el predial, o arrendatarios, que no pueden con las altas tarifas de los servicios públicos, pero ninguno de los dos se trastea para estratos bajos, por sus prejuicios sociales. Prefieren apretarse el cinturón y mantener una sonrisa comercial como diría García Márquez y almorzar con arroz al puente (un plato de arroz con un guineo cocido, encima).
La corrupción está imparable a pesar de los anuncios mediáticos de los Tres Mosqueteros (Contralor, Fiscal y Procurador), pues el único que tiene dinero es el gobierno. Y el narcotráfico, en el otro extremo, donde vive el diablo (Cauca, Nariño y Norte de Santander), con toda clase de bandas, clanes y organizaciones criminales y residuales. Una pobreza extrema en una ideología neoliberal. Y, ahora de postre, el fenómeno de La Niña, acabando con lo poco que estaba parado en el campo y en sector turístico. Este último el más golpeado por el Covid 19.
¿Es una maldición o una equivocación? Al respecto, la expresión latina “vox populi, vox Dei”, ya no aplica en esta época de tanta perversidad.
¿Qué nos trae el 2022? Un nuevo Covid. El populismo de derecha o de izquierda, que para sus efectos es lo mismo. Tendremos personajes prometiendo de todo, a un pueblo desempleado y con hambre, y casi dormido y formateado por las redes sociales, aturdido y sonámbulo, entre las notas musicales de señas y alaridos.
Ojalá no aparezca un Golero Emparamao, como en la canción de Aníbal Velásquez: “vuelve el golero emparamao, que siempre vive parado en una estaca, esperando a un burro, que se muera un perro, se muera una vaca”… (Bis).
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