Los problemas comunes son: arrogancia universitaria, poca familiaridad con la sociedad, fuerte divorcio con la población, escaso compromiso con la política y falta de mayor interés sobre los problemas sociales, la amenaza a la democracia, el debilitamiento de las instituciones y la corrupción.

Uno de los problemas serios de la universidad es su ensimismamiento, provocado por una competencia en la cual cada una busca ser la mejor, refrendada y medida por rankings (clasificaciones) nacionales e internacionales. Para ello se destinan cada vez más recursos con el fin de mantener y mejorar la imagen y posicionamiento a como dé lugar. Las dificultades principales de cobertura, mejor docencia y orientación a la comunidad ya no están en un primer plano.

La universidad regional ha realizado grandes esfuerzos y alcanzado logros importantes, aunque tiene otros por desarrollar, como lo es el fortalecimiento de la ciencia. Esos esfuerzos han sido insuficientes, en parte, por estar limitada por la ausencia de un sistema universitario nacional. Esto se refleja igualmente en la región con la no existencia de un sistema real que integre todas las universidades en un esfuerzo, común, por acompañar regiones y comunidades en la búsqueda de mejorar su vida, consolidar las instituciones y ampliar con más fuerza y rapidez la cobertura universitaria. Un sistema que permita la cooperación, sin tantas aprehensiones, entre todas las universidades, especialmente con las públicas, y aporte a la solución de los problemas territoriales (agua, energía, pobreza, ambientales y respeto de los derechos de libertad y paz de los ciudadanos). Es necesario ir a cada rincón de la región y salir de las capitales.

Para todo esto se requiere actuar como un único cuerpo caribeño universitario que contribuya a formar democracia y contener su deterioro regional, expresado en el ascenso de serias amenazas de autoritarismo local y monopolio y control del proceso político. Así mismo, que permita revisar la estructura académica extensa, pesada y desfasada de los programas de pregrado; incrementar el trabajo de campo de los estudiantes; pronunciarse sin ambages sobre los problemas políticos del país y de la región; ser interlocutora del Estado y de las instituciones nacionales y regionales; promover la democracia y la justicia; abrir la universidad privada y pública a todos los jóvenes, no solo con programas profesionales, sino con programas tecnológicos y técnicos; y abrir los cursos de manera virtual y gratuita al público en general.

Es indispensable revisar este sistema universitario que tiende a favorecer a minorías que solo hacen aquello que les es útil. Dicho sistema debe estar imbuido en el interés de consolidar el humanismo en cada estudiante y formarlo en un espíritu de debate abierto y crítico a la sociedad y a la realidad. Para esto se requiere revisar el plan de estudio universitario, las formas de evaluar y acentuar una conducta universitaria basada en el ejemplo y la amabilidad.