¿A qué principio se refiere la frase: “De principio, en lugar de lentejas sírvame huevo?”. Ricardo Camerano, B/quilla
En varias partes de Colombia, los almuerzos populares (o corrientazos) constan de proteína animal, arroz, ensalada y el llamado ‘principio’, que puede ser una leguminosa, verduras calientes, huevo, plátano… Y, aunque en el diccionario figura ‘principio’ como “alimento que se servía entre el cocido y los postres” y el Diccionario de cachaquismos señala que es el “acompañamiento culinario que va en el plato fuerte”, le dicen ‘principio’, simplemente, porque antes esa vianda se consumía al comienzo, como pasa en muchos restaurantes que primero sirven la ensalada y luego el plato fuerte. En la cocina internacional, al ‘principio’ se le dice ‘guarnición’, y es la porción salada o dulce que contrasta los sabores de los platos principales.
¿Cuándo surgió la música? Matías Pando Mercado, San Juan, PR
Es difícil precisarlo, pues las leyendas se sobreponen a la historia. Es el caso de Occidente, cuya música tiene raíces en leyendas griegas, como la del dios Pan, quien, prendado y no correspondido, persigue a la ninfa Siringa, y esta, al huir, se convierte en caña, a la que luego Pan le desprende tallitos huecos con los que inventa la flauta. Desde antes de nacer, al percibir el ritmo de los latidos del corazón de su madre, el ser humano está en contacto con la música; luego, ya niño, descubre sonidos de la naturaleza y de los animales, y los de su cuerpo al golpetear manos o pies, origen de la percusión, que evolucionó cuando pasó a ser el golpeteo de dos piedras o de dos palos o cuando en el suelo huecos cubiertos con madera aumentaban los ecos de las pisadas. Pero lo cierto es que fue en la noche de los tiempos y a partir de balbuceos humanos cuando el sonido emprendió el camino hacia la música. Esos humanos primigenios no hablaban, pero sí podían lanzar gritos de intimidación o de terror. Cuando estaban tranquilos, esos gritos fueron convirtiéndose en ‘cantos sin palabras’, que podían expresar felicidad y amor, lo que recuerda los cantos sin palabras con que una madre arrulla a su hijo. Con esos tarareos, primer paso hacia el canto, comenzó el hombre a hacer música, que luego transformó en arte gracias a la percusión; a la revelación de que conchas, huesos y cañas podían ser instrumentos de viento, y a la invención de los de cuerda a partir de los cordeles de sus arcos.
¿Existe aún el verbo martillar como sinónimo de besar? CP, B/quilla
Martillar, con el sentido de besar, es verbo en desuso en la Costa. En el diccionario, como segunda acepción de martillar figura oprimir, que significa ejercer presión, la misma que hacen dos bocas cuando se besan, lo que aclara el empleo del vocablo como necesidad expresiva y no como invención extravagante. En un catálogo de costeñismos encontré que martillar tiene sinónimos como entrompar, trillar y machucar, todo lo cual se aviene con la idea de martillar que he expuesto.
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