El Heraldo

Educación inclusiva, mucho por hacer

En el mundo, según cifras de la Unesco, cerca de 263 millones de niñas, niños y jóvenes en edad escolar no asisten a una institución educativa. La situación más crítica se da en el nivel de educación media, donde un 37% de los jóvenes con edades de entre 15 y 17 años se encuentran fuera de la escuela, lo cual significa que a nivel mundial uno de cada tres jóvenes en este rango de edad no recibe educación formal. En el caso de la región Caribe colombiana este indicador alcanza un 37,7%, ubicándose cuatro puntos porcentuales por encima del dato nacional (cálculos a partir de la ENCV-2015).

Aunque este indicador brinda información útil para examinar de forma general la participación de adolescentes y jóvenes en la educación, a la vez oculta elementos que son claves para la toma de decisiones y el diseño de programas que apunten a disminuir el problema.

La alta exclusión de este grupo de población de los sistemas educativos, tanto a nivel local como global, obedece en gran medida a la alta inequidad presente en dichos sistemas. Marcadas diferencias en términos de acceso y calidad educativa entre zonas rurales y urbanas, regiones geográficas, género, minorías étnicas e ingresos, factores sobre los cuales las personas tienen poco o nulo control, explican la alta exclusión educativa y los consecuentes pobres resultados en inversión en capital humano.

Ante este panorama, alcanzar objetivos como los propuestos por la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que se plantea “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, resulta todo un desafío para los gobiernos y las sociedades.

Algunas acciones que contribuyen a mejorar la inclusión educativa de adolescentes y jóvenes son la gratuidad y obligatoriedad en la educación media, la implementación de subsidios condicionados a la asistencia escolar, sobre todo si estos se focalizan en este nivel de formación, y la diversificación de los currículos, de forma que los estudiantes encuentren un mayor sentido y pertinencia a sus estudios.

Sin embargo, la estrategia más efectiva sería lograr una educación inclusiva de calidad en todos los niveles de formación, desde la educación inicial hasta la educación superior; esto reduciría la probabilidad de desertar del sistema educativo y generaría los incentivos correctos para que los jóvenes y adolescentes, principalmente aquellos de bajos recursos, continúen con su educación y tengan oportunidades efectivas de formación a través de programas técnicos, tecnológicos o profesionales.

*Profesor del IEEC y coordinador de investigaciones del OECC de Uninorte. Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen la posición de la Universidad ni de El Heraldo.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Mauricio Cárdenas

A la brava

Gran indignación me causó que el presidente Petro, al referirse al café en la instalación de la mal llamada Asamblea Nacional Cafetera, dijera que “no se produce, se extrae”. Y me sorprendió no solo porque el café se trabaja –y duro–

Leer
El Heraldo
Jorge E. Robledo

Petradas

1.- Entre lo mucho que se ha dicho sobre la reforma a la salud, reforma que se hundió porque Petro perdió el respaldo de Santos, Samper y César Gaviria y de los partidos Liberal, Conservador y de la U –claves para que ganara la Presidencia–

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.