Yo soy del Barrio Abajo, de aquella Barranquilla que sabe a hierbabuena. Allí aprendí a soñar en sus calles de arena entre su gente buena. Aprendí que la vida es hermosa, que hay que vivir los tiempos con fe y con sentimiento, caminar sin rencores y sembrar los días de flores y colores.

Así le cantaba Esthercita Forero a su barrio, el Barrio Abajo, en el que también fueron moradores grandes personajes como Gabriel García Márquez y el Joe Arroyo. Se trata de un territorio único por su historia, dinámicas sociales e identidad cultural que quiero recordar en estas líneas.

Según historiadores, aquí se ubicó la primera población de la ciudad y posteriormente confluyeron una serie de circunstancias que hicieron que el barrio se consolidara como epicentro del desarrollo de Barranquilla. Esto es, su cercanía al río, durante el auge de la navegación fluvial y por ser la Estación Montoya el eje de las operaciones comerciales. El gran dinamismo comercial de la zona atrajo a personas dedicadas al transporte, a la navegación, a comerciantes, obreros, entre otros, provenientes del resto de Colombia y de fuera, dando paso a una gran diversidad cultural entre sus habitantes.

El Barrio Abajo es hoy centro importante del carnaval, las artesanías, la música, el arte y la gastronomía, gracias a sus pobladores quienes mantienen estas dinámicas vivas. Por ejemplo, Maira Miranda, heredó de su madre y su abuela el amor por la gastronomía afro, su familia lleva más de 50 años en la actividad; Humberto Jaraba, elabora máscaras, disfraces y esculturas talladas en madera; las Marimondas de Barrio Abajo, nacen allí en el año 84;Omar Peñaranda viene realizando hace 21 años las ruedas de cumbia. Uno de los aspectos más característicos entre ellos son las fuertes relaciones de vecindad y solidaridad.

Recientemente fue promulgado un decreto en el que se declara Barrio Abajo como Área de Desarrollo Naranja (ADN), denominación del gobierno nacional para lo que se conoce como Distritos Creativos. De acuerdo con el Gobierno, las ADN son “espacios delimitados y reconocidos a través de instrumentos de ordenamiento territorial, que tienen por objeto incentivar y fortalecer las actividades culturales y creativas”. Dicho decreto busca que se creen las condiciones propicias para la generación de empleo, la innovación creativa, la regeneración urbana, la inversión privada y pública, la protección y fomento del patrimonio cultural material e inmaterial, el emprendimiento, el turismo, la inclusión social y el acceso ciudadano a la oferta cultural y creativa, entre otros.

Como vimos, el desarrollo y posicionamiento de la zona como territorio cultural se ha venido dando de manera orgánica, a partir de sus características históricas, sociales y culturales. Por lo tanto es vital que el proceso de desarrollo de Barrio Abajo como ADN se lleve a cabo a partir de dichas características que forjan su identidad y de la mano de sus habitantes, quienes tienen un fuerte sentido de pertenencia por su barrio;y así el proceso contribuya paralelamente a dinamizar el ecosistema creativo de la ciudad y a fortalecer los emprendimientos creativos de los moradores, su sentido de vecindad, la historia que sus calles y paredes cuentan y la identidad bajera, porque como establece Andrés Salcedo, es “la imagen mas cercana de lo que fuimos y de lo que somos”, y por eso titula su libro: Barrio Abajo, el barrio de donde somos todos.

Daniela@cepedatarud.com

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