Cuando uno hace lo mismo, obtiene los mismos resultados. Tan sencillo como suena, para obtener resultados distintos, hay que hacer cosas distintas.

Desde que inicié con esta columna en el 2014, he venido resaltando, año tras año, las numerosas oportunidades de mejora que tiene el Carnaval, y ….¡vaya sorpresa!, al volverlas a leer noté que son las mismas siempre. Un carnaval que no evoluciona en los aspectos patrimonial, experiencial, logístico, escénico, innovador y social, una administración que no responde ante el clamor de un público y de unos hacedores a quienes pertenece esta manifestación, y una insatisfacción desde hacedores, patrocinadores y, ¡hasta turistas!

En lo que sí hay creatividad suficiente es en las excusas que los amantes del carnaval escuchamos año tras año, y en las ideas que después de las fiestas, buscan tapar el sol con un dedo y contentar a los insatisfechos. Aquí se necesita creatividad pero para hacer una reestructuración integral y sistémica, con una clara conceptualización y organización de cada uno de sus procesos, entendiendo que el carnaval no es un evento, hace parte primordial de la dinámica social, cultural y económica de nuestra ciudad, y es la principal ventaja competitiva que puede tener Barranquilla. Y por lo tanto, no da más espera que el carnaval sea prioridad para nuestras administraciones locales.

Queremos ver al alcalde, todo el año, potenciando el carnaval como motor de desarrollo, fortaleciendo la economía creativa para que nuestros hacedores puedan vivir de su arte, salvaguardando el patrimonio, planteando la visión y promoción de ciudad a partir de nuestra cultura, generando alianzas con expertos en espectáculos y logística, formando a los nuestros, y presentando las reformas estructurales que necesita el carnaval.

Su propuesta de proyecto de ley, que busca que parte del ingreso adicional que obtienen los servicios turísticos durante las fiestas, lo cual ayuda a equilibrar las finanzas de estas empresas en el Atlántico, sea compartido con Carnaval S.A.S, le pone una carga excesiva al sector turismo que es altamente generador de empleo y representa cerca del 5 % del PIB, el cual ha sido el más afectado por la pandemia y paga significativos impuestos locales. La responsabilidad, en cambio, debe recaer, principalmente, en el fortalecimiento de la labor comercial de Carnaval S.A.S, incluyendo mejorar la oferta de valor para patrocinadores durante todo el año, ajustándola a los estándares patrimoniales, así como la gestión ante el Gobierno nacional, Alcaldía y donantes internacionales.

Sin embargo, se pueden conseguir grandes recursos, pero si no hay una óptima organización y conceptualización, el problema será aún mayor.

Continuará…