Ya comenzó la cortísima campaña electoral venezolana. Según las normas del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Hasta el momento el resumen de daños (por llamarlos de alguna manera) cuenta con un discurso del señor Maduro llamando “Hijos de Hitler” a los seguidores de Capriles, con funcionarios públicos a la orden de la campaña del Vicepresidente ascendido a Presidente encargado, en contra de la letra de la constitución nacional bolivariana. Unos insultos adicionales (que nunca faltan) a medios de comunicación, apelativos despectivos para el candidato de la oposición, sigue (aunque ya se ha alertado mucho sobre el tema) la posición del Ministro de la Defensa poniendo a las fuerzas armadas al servicio de la campaña madurista. A todas estas, ningún pronunciamiento de parte del CNE; bueno, a decir verdad yo no espero que hagan ninguno que ponga freno al ventajismo del candidato del gobierno.
El mito: hace poco me tropecé con unas cifras interesantes, ya que uno de los más cacareados ‘logros’ de estos últimos 14 años de gobierno ¿revolucionario?, perdonen el signo de interrogación, pero yo no veo tal revolución, más bien una involución hacia el comunismo con demostrado fracaso.
Pero ahí van las cifras del famoso logro en vivienda: en 5 años de cada gobierno que precedió a este continuado con herencia se construyeron con Luis Herrera Campins, 360.589; Lusinchi, 331.665; Carlos Andrés Pérez/Velázquez (recordemos que contra CAP fue que Hugo Chávez dio aquel golpe de estado con decenas de vidas perdidas, siendo sustituido) 305.425 unidades. Ahora –y saquen sus cuentas– en 5 años de cada gobierno anterior la cifra superó las trescientas mil unidades, pero en la actualidad, en el logro de 14 años de ¿éxitos? de la misión llevan 385.729… Entonces eso nos da… tarara tarara (música de redoble) mucho menos de 100.000 casas por lustro.
Escasez: dentro de los discursos repetitivos vuelven los herederos del líder fallecido a achacarle culpas al imperio, a los fascistas a la derecha imperialista, a los productores y a la cadena de distribución que acapara y a todo aquel que se les ocurre que no sean los funcionarios o la maquinaria gubernamental. Pero si revisamos el aparato productivo de Venezuela nos damos cuenta de que no hay café pero el 70% de la industria está en manos del gobierno, y así un importante número de productos de la cesta básica venezolana son producidos o manejados por las garras gobiernistas y son aquellos rubros con la mayor falla en los anaqueles.
Sin hablar de medicinas que, aunque no se producen en el país, dependen enteramente de la asignación de divisas, las cuales son muy difíciles de conseguir y más cuando hace pocos días reabrieron la oferta, que estuvo suspendida por reorganización, y donde a confesión de partes se otorgaron dólares sin las debidas garantías ( no hay presos por eso).
Las nueva oferta se hizo bajo la figura de una subasta que provocó una nueva devaluación de la moneda nacional, recordando que el propio presidente encargado (ya aclaramos su condición de ilegitimidad) ya había devaluado días antes.
Y aquí volvimos a caer en la cuenta de daños de los poco más de 100 días en que ilegítimamente gobierna el señor Nicolás: 2 devaluaciones, más escasez, más de 1300 muertos por sucesos violentos solo en la capital de la república, y otros de los que ya hemos hablado.
Con este currículo hay que ver si seguimos con los ojos cerrados y los oídos sordos al clamor de una patria que se desangra.
Por Pilin León
@Pilinleon