¿Por qué Caraballo perdió la mejor oportunidad de su vida para ser campeón mundial, perdiendo sin lucha su pelea con el brasileño Jofre? En Bogotá nos pregunta un encendido aficionado, quien se declaró profundamente desilusionado por el púgil colombiano.
Caraballo no se preparó lo suficientemente bien para extraer de esa confrontación con Jofre el verdadero título que pudo haber estado a su alcance. El autor de estas crónicas pudo ver el combate desde un punto en una silla del ring side, y por lo mismo pudimos ver que los golpes que recibió Caraballo en el último asalto de su malograda pelea, no llevaba la ‘dinamita’ que justificara un nocaut suyo. Por el contrario, Caraballo bailoteaba y a la vez pegaba pero como su pegue era casi salir de un cambio de golpes, su pegada carecía de potencia.
Este columnista quedó totalmente insatisfecho con su conducta, viendo un Caraballo que no se fajó nunca y lo más fuerte que hacía era pegar sin consistencia y al mismo tiempo salir hacia los rincones del ring, lo contamos entonces y es el caso de lo vuelto a decir. El referee del combate, Barney Ross, le preguntamos minutos después de haber perdido por nocaut Caraballo: ¿cuántos rounds le había asignado él? Y me contestó: “Ninguno”. Y como viera la cara de extrañeza que debí mostrar, se contestó el mismo: “Un boxeador que solo se dedica a correr y que nunca quiso cambiar golpes con su adversario, no merece que se le adjudique ningún round”.
Caraballo en efecto, peleó sin resolución ninguna, pero un año después subió a un ring del Japón para enfrentar a Fighting Harada y fue tal la pelea que Caraballo llevó a cabo en esa ocasión, que habiendo perdido por decisión muchos aficionados que vieron la pelea por televisión dijeron que el colombiano había dado tal pelea resuelta que pudo haber merecido una victoria o cuando menos un empate.
Esta estrecha decisión ante Harada le subió ‘las letras’ a Caraballo luego de haber perdido lastimosamente ante Eder Jofre, pero luego su impreparación posterior como otras veces lo llevó a más de una derrota internacional, en sus contrastantes reveses.
En una de sus últimas peleas, frente a un mexicano cuyo nombre hemos perdido temporalmente volvió a su vieja indecisión y en el sexto asalto o séptimo porque estamos dictando la crónica y no estamos seguros en que asalto se retiró Caraballo, se quedó con los fondillos en la banqueta de su esquina. Caraballo parecía haber perdido su animosidad, el temple que había dado frente a Fighting Harada y se rindió en esta ocasión sin el menor alarme de hombría.
Definitivamente ya Caraballo no se encontraba en un momento crucial de su carrera, y parecía que no lamentaba mucho que digamos otra derrota más. Una vez más Caraballo no mostraba gran interés en lograr un par de victorias cuando menos que lo restableciera a los primeros planos de la categoría pluma.
Así se perdió un boxeador habilidoso como pocos, y de ahí en adelante su carrera se vino abajo.