La forma como la sociedad colombiana responde contra la pandemia es uno de los factores más importantes para acabar o al menos disminuir al máximo los daños que nos ocasiona un virus que a la fecha, en Colombia, ha contagiado 4.846.954 personas, según informes del Instituto Nacional de Salud con 122.768, fallecidos, la causa de muerte más importante en el momento, y el virus que mayormente, ha afectado al mundo sobrepasando a todos los demás, el virus permanece entre nosotros.

Tenemos que lograr, que las comunidades tengan una respuesta apropiada, en un momento en el que dependemos, no solamente de lo que haga cada uno, si no, que necesitamos, un comportamiento de toda la población, para cumplir unos inamovibles, obligatorios, y necesarios, para salir de la epidemia, como son el lavado de manos, o uso de alcohol, los tapabocas, y el distanciamiento, que incluye evitar las aglomeraciones, y cumplir con la vacunación. 

Uno de los elementos, del cual depende el comportamiento social, es la información, la cual debe llegar hasta el último rincón, en forma clara correcta, y apropiada, sin lugar a confusiones, mostrando la obligatoriedad de cumplimiento y, logrando el empoderamiento, para acabar con la gran cantidad de falsas noticias, las cuales deben ser castigadas por ley, para el beneficio de todos. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental para la difusión de recomendaciones y noticias claras para no confundir a las personas. El gobierno debe liderar, una permanente información y difusión, que deje clara la situación actual, dando ejemplo en el control de aforos, muestreo de personas, regulaciones empresariales, circulación y control de eventos de multitudes. El desastre en los estadios no puede continuar, las marchas y bloqueos han sido responsables de aumento de casos.

En la crisis producida por la pandemia de la covid-19, se deben tomar decisiones precisas para no ocasionar dudas ni incertidumbre. Se requiere un cambio de conductas, que determinen un mejor comportamiento de la sociedad, para cumplir con las recomendaciones de infectólogos, epidemiólogos y expertos en salud pública. Una sola recomendación que provenga de estas personas debe ser difundida, socializada y ordenada por el gobierno, para su estricto cumplimiento. El virus seguirá su camino destructor de no lograr el cumplimiento de las normas, lo que se muestra como el denominador actual. 

La aparición de la variante delta ha impactado los países desarrollados, y ya está en Colombia, se podría dar un nuevo rebrote, con características catastróficas, sea por la variante delta, o una peor. La vacunación debe acelerarse, necesitamos que la vacuna esté al alcance de todos, para no tener excusas para colocársela, se necesita vacunar en forma completa unos 40 millones de personas, y no hemos llegado a los 15 millones. La disponibilidad de la vacuna, y el tiempo, son nuestros peores enemigos, como la negación a vacunarse. Las comunidades deben estar conscientes de que si no se vacunan pueden contagiar más personas, y matar familiares, amigos y demás. Los no vacunados, no deberían estar en actos públicos, y tendrán cortados sus derechos, a participar o tener contactos con otras personas. La Salud pública va por encima de otros derechos, la vacunación debe ser aceptada, para salvar vidas y poder volver a la normalidad. Un mensaje importante, en relación con el comportamiento social, las medidas van a ser eficaces si las practicamos todos, el cumplimiento individual no tendrá efecto, si no se generaliza la mayor cantidad posible de la población.

Someter a las personas al cumplimiento de nuevas normas y hasta de leyes, no es el mejor camino aun cuando en algunas ocasiones sea estrictamente necesario. Convencerlas tampoco es fácil, y nos ha faltado y nos sigue faltando bastante, desarrollar fuertes estrategias, dirigidas por expertos en trabajo social y comunidades. Apoyados con la comunidad científica, los trabajadores de la salud y todos aquellos que deseen cooperar.