Dónde está el control de precios que ordena la Ley para que el gobierno de turno proceda a la regulación de los precios de los alimentos - y de otros productos también - habida cuenta de que ellos son de primera necesidad vitales para el desarrollo normal de la vida? La ciudadanía se pregunta en donde se encuentra la acción del gobierno, de las Superintendencias del caso, es decir, el ejercicio del sistema de control para evitar el desbordamiento de los valores, hoy prácticamente al borde de un caos peligroso.

No se ha escuchado el primer pronunciamiento, no se ha levantado la primera voz oficial al respecto, No se ha encontrado la primera disposición legal promulgada y divulgada que ordene una regulación justa a los artículos que contiene esa hermosa canasta familiar, bonito e ilustrativo nombre, que el conjunto de artículos alimenticios que sostienen los hogares y los solitarios para poder transitar en la vida a diario, hacia sus propios destinos. Porque la verdad simple y lógica es que nadie puede desarrollar la más mínima actividad si no estamos alimentados. Una verdad axiomática.

Miremos las explicaciones de las alzas y la justificación de los aumentos. En primer lugar la pandemia que hoy en día es la explicación más elemental para encontrarle salida decorosa a todo lo que está equivocado. La pobre pandemia tan criminal como es que ganó el campeonato mundial además, de todos los males de la tierra. Pero esa Pandemia no es a su vez la culpable de los desmanes, de la corrupción, de las parrandas, los vicios, los desafueros humanos. Allí la pandemia no se ve por ningún lado. La otra explicación con algo de lógica y mucho de especulación es la cadena productiva y de transporte que afecta la logística de los mercados.

Es cierto que los productos importados que se consumen en la canasta familiar podrían adoptar mayores precios por la escasez de conteiner en los transportes, altos fletes, parálisis externas de productividad.

Se habla con razón de que la agroindustria mundial está medio paralizada porque los insumos químicos se suspendieron o disminuyeron ostensiblemente. Es cierto, pero no hasta producir llegar a la exageración final de los precios desmedidos. La producción interna sufre, es cierto, limitaciones en el transporte por diversas causas conocidas de sobra por la ciudadanía. También es cierto, pero como nos decía un comerciante mayoritario distinguido en estos días "es cierto que se suben los productos porque nuestros costos crecieron pero de estos se aprovechan los minoristas para duplicar o triplicar los precios de estantería»

Recientes encuestas serias indican que el 54% de los hogares colombianos entraron en el último semestre en el rango de la pobreza y que de ellos el 42% no está consumiendo en los hogares la tercera comida del día. Las repercusiones que esto tiene se reflejan en la frase común de hoy día entre todas las amas de cabeza: "Imposible comprar hoy lo que adquirimos hace diez meses, en cantidad y calidad, los precios se duplicaron". Señores del gobierno, donde se escondieron? Las superintendencias, existen?