En su desesperada carrera por presentar al Congreso la reforma tributaria para conseguir recursos que con angustia requiere para atender el Pacto Social, que le está sucediendo al Gobierno Colombiano que ha perdido el sentido práctico de la lógica, la sindéresis, su vocación de justicia social demostrada a satisfacción hasta ahora. ¿Cómo es posible que el insaciable ministro Carrasquilla y su equipo entre las propuestas presentadas al Congreso incluya la fatídica solución de aceptar gravar a los jubilados en sus beneficios y pensiones? Nos decía hace pocos días un ciudadano de setenta años cuyo nombre obviamente no estamos autorizados a divulgar: “Imagínese usted Doctor, yo que estoy pensionado con un monto de un poco más del salario mínimo, si por Ley me graban mi pensión que hoy día no me alcanza para vivir decorosamente, en que voy a quedar”.
Nadie niega la necesidad imperiosa del gobierno de conseguir recursos; tampoco que es importante reactivar la economía y sostener los auxilios de asistencia salarial ya iniciados o los programas de apoyo por mensualidades a través del Sisbén y diferentes modalidades. Habían demorado éstas decisiones prometidas y no cumplidas por los gobiernos anteriores demagógicos. Los mismos gobiernos que eximieron de gravámenes tributarios por exenciones impúdicas a grandes fortunas, gigantescos conglomerados económicos y privilegiados sectores, colocados de espalda a la miseria galopante en el país, sobre todo después de iniciada la pandemia.
Pero esa necesidad que tiene el país no puede ser escandalosamente injusta en la forma que se persigue para satisfacerla. ¿Cómo puede caberle en la mente el absurdo absoluto de gravar pensiones y beneficios a los jubilados como en el sector salud por ejemplo, cuando es la más vulnerable y arrinconada de las poblaciones del país? ¿Quién entiende semejante contradicción? Por un lado pregona el Pacto Social y por otro ataca a los sectores más marginados y empobrecidos. Por una parte la reforma propuesta anuncia auxilios, subsidios, devoluciones del IVA, asistencia por cada mes y por otro lado pregona los descuentos en quienes los mismos gobiernos injustos de años atrás convirtieron en minusválidos económicamente hablando.
Por fortuna el Presiente Duque apareció anunciando que solo las pensiones exageradas, las desproporcionadas, serían gravadas, pero no dijo hasta que montos ni cifras. Por eso alertamos desde estas columnas a los jubilados del país para que conformemos los grupos de presión definitivos en conseguir el rechazo unánime a éste despropósito. La gente mayor o adulto – vejez como se les quiere adornar - tiene muchas formas de luchar respaldadas con todo el respeto del caso por los medios que les proporciona La Constitución Política del país. No se trata de presagiar confrontaciones y mucho menos pensar en utilizar métodos repugnantes como ciertos sectores se empalagan anunciando.Todo dentro de la legalidad pero utilizando la Ley que es en sí la mejor bandera. Y por supuesto es imprescindible que el Congreso levante la mirada y vea el horizonte donde prácticamente el futuro de Colombia está hoy en día en sus manos. Ellos tienen la llave hacia un equilibrio justo o hacia una enloquecida pendiente para el infierno. Semejante responsabilidad les cayó encima pero tenemos la sensación o quizás el presentimiento de que éste Congreso cogerá por los cuernos el proyecto de reforma tributaria y lo purificará de las injusticias inclinándolo hacia la equidad y la elemental lógica.