Real Madrid es sinónimo de peligro. Juventus es sinónimo de seguridad. La Vecchia Signora es sinónimo de control. Los merengues son sinónimo de gol. El equipo blanco parece imparable. Los bianconeri parecen imbatibles. Cuando el equipo de Zinedine Zidane avanza, uno tiene la sensación de que será inevitable que la jugada finalice cerca o dentro del arco rival. Cuando el onceno de Massimiliano Allegri es atacado y el rival se acerca al área, uno tiene la sensación de que será inevitable que la jugada finalice en los pies de sus impasables defensores o en el mejor de los casos, para el adversario, en las segurísimas y experimentadas manos de Gianluigi Buffon.

Reales sensaciones, pero sería muy simplista si creemos que es lo único que define la categoría de los dos finalistas de la ‘Champions League’. En cada lugar del campo, Madrid y Juventus cuentan con jugadores de primerísimo nivel, todos estelares en sus selecciones.

Colectivamente el Madrid muestra más rápido sus intenciones ofensivas. La Juve, quizá, se toma un tiempo más, pero no por eso son menos filosas y profundas. En los costados de los dos equipos, Brasil les presta los mejores defensas-delanteros o delanteros-defensas, da igual: Alves y Marcelo. Determinantes en todo el proceso creativo.

En el centro de sus defensas están muy bien representados el carácter, la fuerza, el juego aéreo defensivo y ofensivo y el liderazgo. En la ‘Juve’ tres —Barzagli, Bonnuci, Chiellini, su BBC— y en el Real Madrid Varane y Sergio Ramos.

El medio del campo lo organizan diferente, pero organizan igual de bien: en el Madrid son tres que a veces son cuatro, si Isco regresa; y en la ‘Juve’, cuatro que casi siempre son cinco por la nueva versión de Mandzukic, transformado de delantero a todoterreno por izquierda. En esta zona y en estos futbolistas están el manejo de los tiempos, las decisiones, la posesión, la gestación y el equilibrio con y sin balón.

Madrid, hoy, es menos ‘BBCdependiente’, y no solo por las lesiones de Bale y el Cristiano más de punta, finalizador y menos participativo, sino por el gobierno que ahora ejercen los volantes, reforzado por Isco y por el protagonismo de Marcelo. La ‘Juve’ no tiene pretensiones estéticas, pero muchas veces lo consigue. Su técnica superior está al servicio del progreso y la peligrosidad de la jugada. A un Dybala, joven artista del balón, apura la efectividad desde su lujosa relación con el juego. Primero el equipo, y luego, el equipo.

¡Qué final tan pareja la de hoy! ¿Mi candidato? Real Madrid. Y no por razones futbolísticas. Quizá sea solo por ese algo superior que distingue históricamente al equipo español.