En los últimos años se ha hecho evidente que los politiqueros en Cartagena se nutren de los votos de las iglesias evangélicas y de los prejuicios morales de una sociedad que, a pesar de ser el 2017, sigue siendo tan pacata como lo era en tiempos de la colonia. La última manifestación de esta suerte de populismo moral que gusta tanto en la Heroica es la prohibición tajante del congreso de pornografía que se ha realizado en otros años en la ciudad, por parte del gobernador Dumek Turbay. “No vamos a prestar nuestro Centro Histórico y nuestros monumentos y a toda la ciudad para este tipo de industria. Cartagena debe ser reconocida por otros temas. El centro tiene un valor enorme y tenemos que protegerlo”. Y añade: “Rechazamos de manera contundente este encuentro. Cartagena ha venido dando una compleja batalla para no ser un destino sexual de ninguna denominación. Este evento agrupa a un mercado turístico que no nos interesa promover”.
Es curioso que el gobernador crea que la amenaza al Centro Histórico es un congreso de pornografía y no la rotunda gentrificación o la pobreza, o la corrupción o la desigualdad. Tampoco parecen importarle las deplorables condiciones en las que se encuentran las trabajadoras sexuales de la ciudad. Sí, porque ellas tienen derecho al trabajo, y no necesitan ser estigmatizadas o confundidas con víctimas de trata, a quienes el gobernador tampoco protege. Si Cartagena tiene fama de destino de turismo sexual no es por un congreso de porno que lleva cuatro años realizándose, es por el descuido de los gobiernos de la ciudad, por su desigualdad estructural y su machismo.
Sin embargo, una vez más, estas medidas absurdas se justifican en Cartagena con el cuentico de que “es por los niños”. “Como autoridad venimos desarrollando una fuerte política de protección hacia nuestros niños y adolescentes. Por lo que desde mi gobierno combatimos todas las situaciones que pongan en riesgo a nuestra población. Considero que Cartagena reúne otras apuestas de mayor importancia que deben ser impulsadas desde el turismo”. ¿A qué apuestas se refiere? ¿Incluyen oportunidades laborales y profesionales para los jóvenes y especialmente las jóvenes? ¿Educación con perspectiva de género? No, claro que no.
Los jóvenes y adolescentes tienen acceso al porno sin necesidad de que haya un congreso en Cartagena, y de hecho, el tal congreso es absolutamente irrelevante para su vida sexual. Sí, el porno mainstream reproduce estereotipos de género que estigmatizan, pero hay muchos tipos de porno, hasta porno feminista, y un congreso cuyas actividades están en el marco de lo legal no tiene por qué prohibirse en Cartagena. Al final el mal ejemplo no viene del porno, viene de las familias, del entorno, y sí, hay un serio problema de embarazo adolescente pero la solución no es prohibir el deseo, ni el entretenimiento. La solución es que las jóvenes tengan oportunidades, proyectos de vida e información oportuna y de calidad sobre su salud sexual y reproductiva.
@Catalinapordios