El boxeo es el gran espectáculo que muchos aficionados defienden a capa y espada, como los hay que se oponen al mismo y piden la prohibición del evento.

Hay que reconocer que los organismos que tienen a su cargo la conducción y la orientación del boxeo, han aceptado modificaciones en su desenvolvimiento, para tratar de humanizarlo hasta donde sea posible. Algunas medidas para suavizar el boxeo en la práctica no han dado los resultados que se esperaban.

Por ejemplo, se promulgó muchos años atrás la medida de decretar un nocaut técnico cuando uno de los boxeadores registrara tres caídas en un asalto. La práctica demostró que muchas veces el boxeador que hubiese caído en tres ocasiones dentro de un mismo asalto, no estaba en condiciones para suspenderle la pelea, pues manifestaba estar entero para seguir combatiendo, esa norma se borró del boxeo por su inoperabilidad.

Desde luego, el boxeo registra situaciones de agresividad y fuerte castigo, con bastante derramamiento de sangre en algunos casos. Es indudable que la sangre que se vierte en un combate es producto de una superioridad técnica de un boxeador que pega más y más fuerte que su adversario, y esto provoca la reacción adversa de muchos espectadores.

Antaño no había tantas medidas proteccionistas de los boxeadores y de ahí a que se vieran casos de impresionantes abusos, con pretensiones de suspensión del evento. El boxeo tiene el gran ‘hándicap’ cuando un boxeador se presenta en condiciones de superioridad a su adversario.

Algo más qué hay que decirle a los aficionados al boxeo: este deporte tenido por tal en muchas partes del mundo, hubo un tiempo en que prácticamente no era reconocido como deporte. Y por eso cuando se fundaron los organismos internacionales que no buscaban otra cosa que quitarle a los Estados Unidos el predominio del gobierno boxístico, dirigieron todos sus pasos para que el boxeo fuera considerado un deporte y como tal ellos entraran a dominar el espectáculo.

Por eso se da el contraste entre los países latinoamericanos, europeos, orientales, etc., pero estos negociadores de nuevo cuño no han podido entrar en los Estados Unidos para cualquier forma de intervención. Para los americanos, el boxeo es un certamen que por su orientación y conducción no entra en la concepción que sobre el boxeo tienen muchos países.

El pugilismo en los Estados Unidos es manejado como un espectáculo público y por ende controlado por funcionarios del estado, a través de las diferentes comisiones de boxeo qué hay en el gran país del norte. No podemos explayarnos más de lo que hemos hecho hasta ahora, pero es seguro que en otras intervenciones nuestras se tratará el tema mucho más a fondo.