Debido a la controversia (porque polémica no podemos llamarle por ahora) que se perfila con la intención malhechora de borrar del corazón de los barranquilleros la figura de Tomás Arrieta por un ‘movimientito’ con algo de sordidez, nos escribe el señor Luis Felipe De la Valle, quien en su carta nos dice que a la figura de Tomás Arrieta le hacen falta defensores, aunque por otra parte se reconoce en el grueso público al servicio del béisbol que al torpedero de Barranquilla le han faltado propulsores de su gallarda silueta.

De veras que este señor tiene razón en su alegato. En esta ciudad se escribe para Junior y unas cuantas migajas para otros movimientos deportivos. Con todos los años que tiene el fallecimiento de Tomás podríamos decir que tiene más admiradores en Cartagena que en Barranquilla. En la Ciudad Heroica Tomás jugó varias temporadas en ‘la cabaña’ y primero en un campo abierto en compañía de sus hermanos Pablo, Eulalio y el propio Tomás, a quien se bautizó en aquellas temporadas como el ‘Hombre team’ por el hecho de jugar y bien jugadas las mueve posiciones del béisbol.

En Barranquilla, Tomás Arrieta jugó pocas temporadas por la demanda que tenía del béisbol bolivarense. Estando en Cartagena recibió oferta para jugar en un equipo del Táchira y picado por el deseo de conocer otros panoramas se fue casi que de inmediato al vecino país para regresar infortunadamente en un féretro, víctima de una neumonía fulminante que acabó con su vida en pocas horas para dolor de su familia y de sus numerosos admiradores.

Al paso de los años hemos considerado que quien debió viajar a Venezuela era Pablo Arrieta, sin disputa de ninguna clase el mejor catcher del béisbol colombiano en todos los tiempos, aún recordamos a pesar de los pocos años que entonces tenía este columnista, ver a Pablo en el estadio Juana de Arco como receptor con una destreza admirable, ya que era un hombre de 190 libras de peso y un brazo que ‘enfriaba’ muchos corredores. Lamentamos que se nos crea o no, pero Pablo ha sido el único receptor colombiano que tiraba agachado a segunda base y sacaba robadores por una yarda de ventaja debido a su brazo incomparable.

Al compás de los recuerdos nos hemos desviado de la misión de decirle a los fanáticos barranquilleros quién fue Tomás Arrieta y hemos tomado la vía que conduce hacia su hermano mayor, ya habrá oportunidades en el cuerpo de redactores deportivos de esta ciudad que le quiten un parrafito periodístico cualquiera al querido Junior para contarles a sus lectores quién fue el ‘Hombre team’.