Hace pocos días la Administración distrital inauguró el denominado parque Jardín Botánico, en un predio con una extensión de más de cinco hectáreas ubicado en una zona aledaña al barrio La Victoria, en el sur de la ciudad. La intervención ha recuperado un espacio que estaba seriamente deteriorado y abandonado, y que por eso suponía un inconveniente para sus vecinos debido a los problemas de convivencia, seguridad y salubridad que ocasionaba. Desde este punto de vista se ha logrado poner al servicio de la comunidad un lugar digno, que brinda opciones de esparcimiento y diversión para un sector de Barranquilla que ha tenido siempre un notable déficit en cuanto al equipamiento urbano, y que con este parque comienza a ser subsanado. Ciertamente todo esto hay que reconocerlo, apoyarlo y valorarlo de manera positiva, sin embargo, la denominación del parque causa cierta confusión y genera sentimientos encontrados, entendiendo que un jardín botánico es en realidad una institución de carácter científico, cuya misión y objetivos son diferentes, aunque complementarios y compatibles, a los de un parque urbano.

Ciertamente nuestra ciudad se beneficiaría mucho si contase con un jardín botánico activo y funcional. La necesaria reflexión sobre el manejo que le damos a nuestro componente vegetal y arbóreo, que derivaría en un programa de mantenimiento efectivo, y la correcta selección y estudio de las especies más idóneas para implantar en los proyectos públicos y privados, que han venido incrementándose en cantidades nunca antes vistas, sería solo un par de las ganancias que la ciudad percibiría con una entidad de este tipo. En anteriores columnas he mencionado la evidente debilidad que aqueja a las oficinas responsables del manejo del medio ambiente de la ciudad, y que se traduce tanto en el descuido de algunos de los componentes del espacio público, como en la poca conciencia que los ciudadanos tienen con el ambiente. Es por eso que necesitamos que más voces se unan al coro que reclama un manejo ambiental serio y comprometido, y un jardín botánico suele ser un muy buen catalizador de tales discusiones. Con su implementación podríamos tener una opinión científica, seria y neutral que entregue luces sobre el camino que debemos tomar. No es casualidad que uno de los mejores jardines botánicos de Colombia sea el de Medellín, esto es coherente con una ciudad que está hace rato tratando, con mucho esfuerzo y dificultad, de hacer las cosas bien.

El programa de recuperación de parques es ejemplar, una iniciativa que nos debe llenar de orgullo y que debemos también proteger y alentar. Precisamente por el esfuerzo que supone, y por lo que significan los árboles y la vegetación para un programa como este, deberíamos contar con entidades que seriamente se comprometan con su estudio y mantenimiento. Necesitamos dar ese nuevo paso, y que Barranquilla cuente con un jardín botánico en rigor. Todos ganaríamos.

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@Moreno_Slagter