Mirar los resultados de la encuesta mensual de comercio arroja una imagen recurrente de la economía colombiana: los sectores económicos registran crecimientos sin mejoras en las condiciones laborales. Las cifras de crecimiento del comercio total al por menor aumentaron 3,4% para el periodo 2014-2015. No obstante, menor con respecto a 2013-2014 (9,3%).

Se confirma una desaceleración de la actividad comercial. Esto no debe sorprender, pues hacia el último trimestre del 2014 planteamos que 2015 sería un año de desaceleración de la actividad económica.

El consumidor colombiano está gastando en artículos relacionados con ferreterías, vidrios y pinturas; electrodomésticos, muebles para el hogar, equipos de informática y de telecomunicaciones; y productos para el aseo del hogar. Varios bienes de esta lista se transan en mercados oligopólicos, lo cual implica que el consumidor debe pagar precios más costosos de lo que paga un consumidor en otros países (como EE.UU.).

La falta de competencia es lo que aniquila el frágil salario del trabajador colombiano. No se logra comprender por qué se importan bienes costosos, cuando el nivel de reproducción social de un trabajador colombiano es menor que en los países desarrollados. Ese trabajador posee cualificaciones que le permitirían aprehender las técnicas de producción necesarias para producir y evitar la importación.

Nuestro capitalismo no supera la fase mercantil. Se centra en comprar y vender mercancías, pero no en producirlas y generar valor agregado ¿De dónde vendrá el capital si se propone un capitalismo enfocado en la esfera de la producción? De la banca de desarrollo. Cuando la tuvimos entre los años 1940s y 1980s logramos consolidar una política industrial y la pequeña base manufacturera con la que cuenta Colombia hoy. Algo de eso se debe rescatar.

Los hipermercados emplean más pero sin mostrar una tendencia positiva. El personal ocupado creció (6,3% vs 2,7%). El tema radica en la calidad del empleo en el sector comercial. Dentro de estas cifras se encuentra que el empleo temporal intermediado por alguna agencia creció un 13,1%, mientras que el empleo permanente solo creció 4,7%.

La labor del comercio no es mala. Pero es mejor si se comercia productos que provengan de la base industrial. Solo así podremos responder la pregunta que los países desarrollados alguna vez se hicieron: ¿por qué importar lo que podemos producir?

*Profesor del IEEC, Uninorte,
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