Amigos nuestros a quienes les hemos prestado el libro del periodista cubano Enrique Encinosa sobre la historia del boxeo cubano (con seguridad el más prolijo de toda América Latina) están acordes en que es un valioso aporte sobre su concurso boxístico en todo este continente como el más valioso, después del de los Estados Unidos, que no tiene contendor en el mundo.

Es un trabajo editorial meticulosamente bien hecho. Con la inclusión desde el más modesto boxeador que hubiera subido a un ring de Cuba, hasta la nutrida lista de campeones mundiales dados por Cuba, que sobrepasa varias veces al boxeo de Brasil, tanto en el número de campeones mundiales como en la cifra total de boxeadores de uno y otro país.
Como toda empresa humana, el libro del periodista Encinosa tiene sus fallitas históricas, como así lo dijimos en la primera crítica periodística que le hicimos a la valiosa publicación, cuando lo recibimos de un hijo nuestro, Aníbal De Castro, ayer colombiano y hoy desde hace ya un buen número de años ciudadano americano.

La falla inicial: no haber mencionado en ninguna de sus 190 páginas a Serafín Centeno, el peso welter-mediano que tanto combatió en Barranquilla, traído a ésta desde Venezuela por Chelito De Castro, nuestro hermano mayor que fuera gran promotor de boxeo por casi 20 años. Fue el hombre que le llevó a los cubanos en 1.928 a nadie menos que Paulino Uzcudum, 4º. peso completo del mundo por aquellas calendas.

Nuestro hijo se entrevistó en Miami con Enrique Encinosa y éste muy gallardamente reconoció que en forma por demás inexplicable para una autoridad en boxeo como él, hubiera olvidado a un púgil como Centeno, que fue campeón welter de Cuba. Púgil que en forma por demás irresponsable del promotor que lo contrató, le dispensó 40 libras al peso completo “Caimán del Sinú” y pelearon una noche de 1.937 en el Teatro Colombia, ganando Centeno por puntos, en una pelea que le hizo mucho daño a Centeno, pues al poco tiempo falleció en Panamá, luego de haber realizado un combate contra un púgil panameño.

Otro olvido de Encinosa: no mencionó nunca al español Isiforo Gastañaga, quien hizo una larga campaña en Cuba, acabando con casi todos los pesos completos de Cuba. Gastañaga estaba listo para pelear con Joe Louis, campeón mundial de peso completo, pero gente perversa y dañina, hicieron circular el rumor que Louis sería secuestrado en Cuba, más que suficiente para que Louis se abstuviera de viajar a la isla.

Bien, “ni un baladro más” – como dijo el turco – porque el espacio terminó.