Existen varias teorías con respecto a cómo la Conquista Española afectó nuestro desarrollo económico. La más convencional y tal vez ya desgastada es que la causa del atraso social y económico de Colombia, y en particular la región Caribe, es la “leyenda negra”. Según esta, la situación actual se debe exclusivamente a que los conquistadores españoles solo trajeron sus instituciones predatorias.

Otra teoría, bajo la exposición de Jaime Bonet y Adolfo Meisel, concluye que el legado colonial explica el actual rezago de la región Caribe a raíz que el grupo conquistador que predominó en esta región instauró instituciones tipo extractivas, mientras que en otras regiones dichas instituciones fueron igualitarias. Adicionalmente, las instituciones igualitarias fueron promovidas por europeos blancos, mientras que las instituciones extractivas por personas de raza distinta a la blanca.

Por otro lado, en su libro Instituciones, Desarrollo y Regiones, el profesor Jairo Parada hace una invitación a dejar atrás las teorías que poseen un matiz determinista, como las anteriores, y a adoptar un enfoque más evolucionario. Cuando uno revisa los argumentos de Parada encuentra que las instituciones inciden sobre la agencia humana, pero que de igual forma la agencia humana delibera e inteligentemente actúa, de tal forma que afecta la matriz institucional.

Desafortunadamente, los avances hacia la modernidad que se han llevado a cabo desde la guerra de independencia no se han sincronizado con los hábitos de pensamiento, llevándonos al punto de ver una región Caribe pre-moderna pero sorprendentemente con algunos avances materiales. Esto último revela lo frustrante de estar encausado en un rezagado desarrollo social y económico.

El enfoque evolucionario nos ayuda a entender que el proceso social es acumulativo, que avanza en tiempo histórico, que no es posible definir un solo fin y justificar cualquier medio.

Más bien, se trata de comprender que todas las sociedades, particularmente las sociedades regionales, desde el tiempo colonial han evolucionado tratando de ajustar los medios y fines de forma continua en la búsqueda de soluciones a sus problemas.

El determinismo geográfico no puede ser la mejor medida de las instituciones. Los territorios geográficos se mutan con el proceso de habituación y los varios instintos que posee la agencia humana, dando lugar a las instituciones.

De ahí que la política de desarrollo debe ser capaz de incluir los territorios regionales, de gestar una base industrial, que asigne los recursos bajo una banca de desarrollo que también demande altos estándares de eficiencia, como ya he venido insistiendo.

Mientras tanto el proceso de acumulación capitalista se sostiene en una estructura social predadora-rentista, y no propiamente, de acumulación y reinversión.

*Profesor del IEEC, Uninorte