Que se hará o que creen otros que pueda hacerse ante ese espectáculo de ofrecer hasta las perlas de la virgen, en cuanto la ciudad que los vio nacer o los vio inventar que eran mas “ñeros” que aquellos patriarcas que lucharon por 60 años para que se abrieran las Bocas de Ceniza, y vamos que se contempla la posibilidad de ser sede de un evento, y de una vez entran en competencia con otros de su misma calaña pachanguera en pos de la bendita elección.
No vamos a decir, porque no es cierto, que se trata de una moda del otro día. Ese tipo de ofrecimiento es más viejo que “batear” agachado. Inclusive en lucha por designaciones internas de sedes nacionales. En aquellos años 40 llegaban las delegaciones departamentales con un plan de atenciones y ofrecimientos al congreso técnico en pos de la designación de la ciudad de los oferentes para prometer lo que fuera.
¿Y todo por qué? Pues, hombre, por lo mismo que estamos viendo ahora, cuando hasta el presidente electo de Panamá, señor Varela, también ha entrado en lisa ofreciendo de todo para que le escojan a la capital del Itsmo para sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2.018.
Si este espectáculo se ofreciera dentro de los límites de un evento ciento por ciento profesional, pues vaya y venga. Pero en certámenes amateuristas, aun así con el amateurismo bastante maltrecho, cuando aquel presidente del Comité Olímpico Internacional de cuyo nombre no queremos acordarnos – como en la frase cervantina – introdujo el equipo de basquetbol profesional hasta el tuétano en los Juegos de Barcelona, sólo por el prurito de darle a su ciudad (el hombre es o era barcelonés) lo mas grande que entonces se podía ofrecer.
Así fuera al precio que fuera, y de veras que el precio fue sobrecogedor, porque se arrasaba con los postulados amateuristas que, mal que bien, todavía prevalecían, así se dieran casos de grandes atletas de pista y campo, que recibían sumas altísimas por propugnar las marcas de los grandes fabricantes mundiales de los implementos de juego.
La sed por el dinero fácil y lo más pronto posible, es una bandera moralmente ripiada, pero que cada día flota mas en muchos mástiles, así el creador de los modernos juegos olímpicos se estremezca en su tumba. El mercantilismo es el mercantilismo, habría dicho Ferogrullo, y sí en una ciudad llamada Barranquilla hay un columnista que ha venido protestando por estas distorsiones, allá él, que cada loco tiene su tema. Y no digamos más…