La práctica de que los repuestos tienen garantías distintas dependiendo de quién lo instala es perfectamente válida, ya que en últimas la garantía es un contrato entre quienes importan o fabrican los repuestos y quienes los adquieren, y al establecer sus términos el productor tiene en cuanta los materiales y la tecnología utilizados, y el precio de venta al público.
Antes, todos los repuestos los producían los mismo fabricantes que los suministraban a las líneas de ensamble de los vehículos, lo cual aseguraba que fueran de buena calidad, idóneos y precisos, pero ahora existen los genéricos destinados a un mercado que ante todo se fija en el precio.
Como las normas de protección al consumidor se deben aplicar teniendo en cuenta la definición de “calidad” que trae la ley del consumidor, la cual dice que es la “condición” en que un producto cumple con las características inherentes y las atribuidas por la información que se suministre sobre él siempre se debe mirar si el precio que pagó el consumidor corresponde a una calidad o a otra, porque los problema de calidad no se pueden juzgar con el mismo racero.
Otra cosa es que la calidad debe corresponder a la que anuncia el productor o el almacén que vende el repuesto, y cuando el vendedor pone sobre el mostrador el repuesto de marca y el genérico debe ser claro con el consumidor sobre las expectativas de vida y de buen funcionamiento que puede esperar del repuesto, y no quedarse callado mirando hacia la calle mientras el comprador toma su decisión frente a lo que se le ofrece. Es que la calidad y la información al consumidor van cogidas de la mano y en esto de los repuestos hay que ser muy claros.
Todos los repuestos nuevos deben estar amparados por una garantía, más o menos grande según lo quiera el fabricante o importador, y por eso no es válido decir que los repuestos eléctricos o electrónicos no tienen garantía.
La ley dice que todos los bienes o servicios tienen 1 año de garantía si no se informa al consumidor cual es la garantía del producto, y por analogía se puede colegir que si el fabricante, importador o el vendedor dicen que el repuesto no tiene garantía, tendrá al menos la garantía de 1 año.
A quien suministra el repuesto le toca la galleta de demostrar que lo vendió en buenas condiciones y fue el comprador o su taller de confianza quienes lo dañaron al instalarlo, lo cual a veces no es fácil de demostrar, salvo que por el estado de la pieza y lo que dicen los manuales o los expertos se pueda deducir sin lugar a dudas que el repuesto se dañó por una mala instalación.
Esto de la garantía de los repuestos a veces es un quebradero de cabeza.
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