El Heraldo
Fachada de la sede regional de Migración Colombia ubicada en la ciudad de Barranquilla, Atlántico. Archivo
Colombia

La historia del sello que sostiene un entramado criminal

EL HERALDO conoció que el caso se registró a mediados de 2021 en la oficina regional de la entidad en Barranquilla. Estaría siendo usado en el Cortissoz.

Luego de que EL HERALDO revelara en primicia el presunto entramado criminal que estaría operando en puestos de control migratorios y oficinas de la Registraduría, nuevas denuncias llegaron a esta casa editorial que explicarían uno de los posibles orígenes o fortalecimiento de la red.  

Al parecer, un hecho registrado a mediados de 2021, en la oficina regional de Migración en Barranquilla habría dado pistas de lo que venía ocurriendo. Se trata del extravío de un sello oficial de la entidad que estaría apareciendo en pasaportes de viajeros que salen por el aeropuerto Ernesto Cortissoz, y que al momento de llegar a su país de destino son devueltos.  

Este medio pudo establecer, que el caso “explotó” el 20 de junio de 2021, cuando supervisores de turno, ubicados en el puesto de control de Migración en Paraguachón, La Guajira, se percataron de una irregularidad de una viajera venezolana que se movilizaba en compañía de su familia. Ella estaba realizando los trámites para salir del país. 

“Al momento de verificar el pasaporte se observa que está impreso un sello de ingreso de fecha 8 de junio de 2021 y esta había sido colocado en el puesto de control migratorio aéreo de Barranquilla (aeropuerto Ernesto Cortissoz), en ese momento los funcionarios verificaron en el sistema ese movimiento migratorio, pero dicho movimiento no se encontraba registrado en el sistema”, se puede leer en un documento al que este medio tuvo acceso. 

En ese mismo momento, según se describe en el papel, los funcionarios se comunicaron con el supervisor del Cortissoz para ponerlo en conocimiento de lo ocurrido. 

“Se envió la novedad con evidencias de los datos biográficos de los pasaportes y las improntas estampadas en los mismos”, dice el documento. 

Decenas de casos como estos se han registrado a lo largo del último año en la región, sobre todo, en el paso de Paraguachón, en el Cortissoz y en el aeropuerto de Cartagena. En la mayoría de los casos se detectan los pasaportes con la estampilla en sus páginas. 

“Se envió la novedad con evidencias de los datos biográficos de los pasaportes y las improntas estampadas en los mismos”.
Fachada del aeropuerto Ernesto Cortissoz. Archivo
¿De quién era el sello?

Este objeto pertenecería a una funcionaria de la oficina regional de la capital de Atlántico, el cual tiene impreso un código numérico que la involucraría a ella; sin embargo, en la misma oficina determinaron que los signos gráficos (firma) que aparecen en los documentos que se han detectado con el sello “no corresponde a la escritura de la funcionaria”. 

EL HERALDO conoció que la misma funcionaria habría puesto en evidencia la irregularidad presentada con el sello y pidió a la oficina disciplinaria que investigue el caso. 

Puntualmente le manifestó a sus superiores que el “accionar ilegal” no puede poner en tela de juicio su trayectoria dentro de la entidad. 

“Pido que se determine la autenticidad o falsedad del mismo (sello) y se tomen las medidas necesarias”, indicó la oficial, de acuerdo con un correo que conoció este medio.  

En efecto, la investigación estaría teniendo trámite en la oficina de control disciplinario de Migración Colombia, pero hasta el momento no habría tenido ningún resultado. 

Esta situación, de la desaparición del sello, habría permitido que el puesto de control del Cortissoz entrara dentro del posible entramado criminal transnacional que operaría desde los puestos de control migratorios de Colombia, y que estaría detrás del incremento de casos de trata de personas en Europa, además de la salida y entrada al país de delincuentes y de indocumentados. 

Punto de control de Migración en Paraguachón, La Guajira. Archivo
El entramado

Recordemos que este medio reveló en primicia este lunes, que en los últimos meses, en varios países del viejo continente, las autoridades han lanzado una serie de operativos contra las redes de trata de personas dando como resultado que varias de las víctimas, en su mayoría mujeres, poseen pasaportes colombianos, los cuales tiene sellos de salida de los aeropuertos de Medellín, Cartagena, Barranquilla y Bogotá.

“Al revisar bien los documentos y al hablar con ellas nos damos cuenta de que varias de estas mujeres son de otros países, como Venezuela, Ecuador, Perú y República Dominicana que, antes de ser llevadas a Europa, les tramitaron los documentos en Colombia”, dijo uno de los informantes.

Según lo establecido por este medio, la red criminal transnacional estaría conformada por funcionarios de Migración y de la Registraduría. Estas personas operan en los aeropuertos Ernesto Cortissoz, de Barranquilla; José María Cordova, de Medellín; El Dorado, en Bogotá, y el Rafael Nuñez, en Cartagena, además de los puestos de control terrestre de Paraguachón (La Guajira) y Rumichaca (Nariño).

Mientras que las oficinas de la Registraduría donde estaría operando este entramado se ubican en Barranquilla, Malambo, Soledad y Sabanalarga (Atlántico), Valledupar (César) y Riohacha (La Guajira). 

Al parecer estos funcionarios estarían ofreciendo la expedición de documentos colombianos a los delincuentes “con la garantía de que podrán salir del país en total legalidad hacía el destino que quieran sin tener ningún inconveniente en los puestos migratorios”, dijo a EL HERALDO una de las fuentes y los cobros por estos servicios van desde 2.500.000 y 17.000 dólares. 

La red tendría sus nexos con homólogos en puestos migratorios de México, República Dominicana y Venezuela. “Desde estos países llegan personas a Colombia con la intención de adquirir los paquetes, estos clientes son referidos también por los funcionarios de migración en esos países donde están los tentáculos de este grupo”.

“Pido que se determine la autenticidad o falsedad del mismo (sello) y se tomen las medidas correctivas necesarias”.

En Valledupar

Este medio conoció una situación irregular que se presentó el pasado 2 de junio en la oficina regional de Migración en La Guajira con un ciudadano dominicano el cuál llegó con unos documentos que aparentemente fueron expedidos de forma irregular en la oficina de la Registraduría en Valledupar. 

Y es que según pudo establecer este medio, en la oficina de la capital del Cesar, al parecer, se tramita la mayor cantidad de documentos irregulares de los “clientes que tiene la red”. 

“Hasta acá han llegado ciudadanos de todos lados, venezolanos, mexicanos, dominicanos, brasileños, peruanos, ecuatorianos, cubanos, árabes y hasta asiáticos”, dijo una fuente a este medio. 

Este medio volvió a consultar a la oficina de Migración Colombia para intentar confirmar el caso de la desaparición del sello, pero hasta el cierre de esta edición no se había obtenido respuesta. 

No obstante, el pasado domingo también se consultó a la entidad con relación a la posible existencia de la red criminal e indicaron que: “A la fecha no hemos recibido ninguna denuncia en la que se vean implicados oficiales de Migración Colombia. Sin embargo, si se llegase a presentar, pueden tener la total seguridad de que se actuará con la mayor celeridad y rigor frente al caso, pues no vamos a permitir ningún acto de corrupción en el interior de la entidad”.

Igualmente se consultó a la Registraduría, pero tampoco se ha obtenido respuesta. 

¿Un caso de suplantación de identidad?

Este medio conoció un posible caso de suplantación de identidad de una mujer ecuatoriana que tiene su cédula de extranjería desde hace más de 30 años y los dígitos del documento le habrían sido asignados a una cédula de ciudadanía. 

“Desde mediados del año pasado, esta persona con esta cédula de identidad que tiene mi número de cédula de extranjería ha sacado varias líneas telefónicas y ha realizado varios movimientos bancarios, pero lo más impactante es que los recibos llegan a mi correo”, dijo la mujer a este medio, quien aseguró residir en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico.  

Para la denunciante, la situación “es absurda” toda vez que las cédulas de extranjería tienen entre 6 y 7 dígitos, mientras que las cédulas de ciudadanía que actualmente están activas tienen entre 8 y 10 dígitos. 

“Es casi que imposible que una persona con un número de cédula de seis dígitos pueda realizar movimientos bancarios o comprar líneas telefónicas, no porque tengan algún tipo de impedimento, sino porque esta persona debe estar muy mayor de edad, y los movimientos son casi que recurrentes”, dijo la denunciante.

Lo más alarmante para la mujer fue que el pasado viernes llegó a su casa el recibo de impuesto predial, en la zona de Villa Campestre, con el nombre del hombre que estaría suplantando su número de la cédula de extranjería. 

Este medio consultó el número (de seis dígitos) con la Registraduría y el estado de la cédula es “vigente” y dice que fue expedida en Chipaque, Cundinamarca.

“Es una casualidad de que coincida el número de la cédula de ciudadanía con uno de una cédula de extranjería”, indicaron a este medio. 

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