
Pandemia y elecciones: un reto a la democracia
EL HERALDO habló con la MOE, analistas políticos y sociólogos sobre las dudas que se tienen sobre los comicios de 2022.
Una de las muchas incertidumbres que arroja la pandemia sobre el país se posa indudablemente sobre el certamen electoral que viene en 2022, pero que en realidad arranca desde ya: las campañas políticas, los eventos de campaña, la recolección de firmas y las votaciones.
Esto a pesar de que el registrador Alexánder Vega ha afirmado que los comicios y lo que viene con estos están garantizados en el territorio nacional.
“El virus no va a contagiar la democracia”, dijo el funcionario en el marco de la Asamblea del BID hace un par de semanas en Barranquilla.
Puso de presente, además, que en el país se han hecho elecciones atípicas en medio de la pandemia, y se mostró confiado en que con la inmunización el contagio baje para 2022.
No obstante, afirmó que “si no llegamos a tener unos resultados en la baja de contagios, la Registraduría va a garantizar las elecciones para 2022. Tendremos elecciones en todos los municipios y se va a ampliar entre 10 mil y 15 mil el número de mesas de votación en todo el país”.

Recolección de firmas
Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral, MOE, le dijo a EL HERALDO que la incidencia que puede tener la pandemia en el tema electoral “indiscutiblemente está presente” en por lo menos dos temas: la recolección de firmas, “pues desde febrero se había parado la recolección de firmas y no había entrega de planillas por parte de la Registraduría, que estaba esperando protocolos por parte del Ministerio de Salud, que es algo que nosotros consideramos completamente irregular”.
Esto porque, añade la experta, el Consejo Nacional Electoral (CNE) “es el responsable de decidir los procesos electorales, no el Ministerio de Salud”.
No obstante, ya la cartera dio vía libre esta semana a estos protocolos: lavado de manos, distanciamiento, lugares ventilados y tapabocas son las generalidades, pero dejó en cabeza de cada ente territorial que decida según su nivel de contagio.
Por ello, la MOE le pidió al Gobierno convocar la Comisión de Procesos Electorales, y que se convoque a los comités de revocatorias, para “definir con claridad” los pasos a seguir.
Por su parte el analista político Carlos Arias, catedrático del Externado, ‘celebra’ lo que ocurría: “Sería lo único bueno que habría traído la pandemia, porque la proliferación de candidatos por firmas básicamente se va tender a minimizar o acabar y eso le va a dar un nuevo juego a los partidos políticos”.
Cuestiona el experto que estos candidatos que se postulan por firmas “buscan en paracaídas agarrarse de alguna alianza” para llegar a su aspiración.
Sin embargo, reconoce Arias que muchos consideran, en cambio, que la anulación de los candidatos por firmas es nefasto para la democracia participativa porque los partidos vuelven a determinar quiénes aspiran, “pero es importante empezar a ver que las democracias sin partidos no existen”.
Entre tanto, el sociólogo Jorge Bolívar, investigador de la Universidad Simón Bolívar, advierte que la recolección de las por ejemplo 450 mil firmas que se requieren para candidatizarse a la Presidencia, debe hacerse presencialmente, pero la gente no está en la calle, “y hacerla a domicilio es costoso y la legislación no permite la recolección de firmas por Internet, además la mayoría de la población no tiene acceso a este sistema”.

La campaña
El otro tema sobre el que alerta la MOE en pandemia es el de la urgencia de una resolución que debe salir en acuerdo con las organizaciones políticas, en la que se debe señalar cómo deben ser las campañas electorales en estas circunstancias.
“La experiencia que se ha tenido en otros países es que si no está regulado el proceso de campañas nos vamos a volver a encontrar con escenarios y eventos llenos de gente, sin el cuidado necesario. En Perú y México cuentan con resoluciones en ese sentido y aprovechan al máximo todo lo que son las actividades virtuales, reuniones máximo de 50 personas y todas esos temas que nosotros tenemos que regular”, indica Barrios.
Al respecto, Arias, especialista en opinión pública y mercadeo político, considera que esta situación de crisis sanitaria “puede ser vista como una amenaza o como una oportunidad”, ya que la pandemia puede llegar a limitar el proceso político como era conocido anteriormente en términos de aglomeraciones y reuniones de una gran cantidad de personas, pero “en cierta forma se da un paso muy importante para los ejercicios de persuasión”.
Esto porque ante la falta de eventos de aglutinación de electores y el cara a cara que de alguna manera se daba con los candidatos, “seguramente también se van a mermar las prácticas clientelistas o se van a transformar y muchos de los electores van a poder votar en libertad”.
Señala que el actual no es el escenario ideal para el ejercicio de la política, pero que sí ofrece una oportunidad “para que los mensajes persuasivos, y no los mensajes coercitivos a partir de las dádivas, sean los que hagan que los electores terminen votando por los candidatos”.
“No permitiremos que las vacunas se vuelvan moneda de cambio”
¿Política con vacunas?
La Misión de Observación Electoral advirtió desde mediados de marzo pasado la importancia de evitar que las vacunas y los servicios del Estado asociados a brindar apoyos económicos y subsidios a los sectores sociales más afectados por la pandemia, sean usados como una moneda de cambio en las elecciones.
“La Procuraduría tiene que hacer un seguimiento muy minucioso para que la distribución de las vacunas no vaya a depender de alianzas políticas, para que a determinados sectores no se les vaya a privilegiar la vacunación por fuera del esquema establecido si apoyan a cierto candidato, pero sobre todo, y es algo que lamentablemente pasa mucho en este país, que no se vayan a ofertar servicios del Estado como los subsidios si votan por un candidato, porque lo que terminan los ciudadanos son engañados votando por candidatos que no son los que consideran los mejores para gobernar el país y lo que tenemos es entonces un proceso electoral clientelizado y corrupto”, alertó la directora de la MOE.

Algunos de los 78 movimientos de revocatoria de mandato que se inscribieron en el país desde enero van contra Claudia López, en Bogotá; William Dau, en Cartagena; Daniel Quintero, en Medellín; Jorge Iván Ospina, en Cali y Jairo Yáñez, en Cúcuta.
No obstante, hasta esta semana 5 de esos comités habían anunciado su retiro por la falta de protocolos para la recolección de firmas que debía entregar el Ministerio de Salud y que esta semana avaló.
Los mandatarios municipales y departamentales podrán ser revocados hasta 18 meses antes de terminar su administración. Es decir, el plazo sería a junio de 2022. Y para recoger las firmas el plazo es de seis meses, aunque el CNE lo podrá extender tres meses más. Las firmas deben ser el 30% de los votos con los que el mandatario fue electo y en la votación debe contarse con la mitad más uno.
Otro de los temas que definió el CNE fue el de fijar para el 13 de marzo de 2022 las consultas populares, internas o interpartidistas para la escogencia de sus candidatos a la Presidencia. La inscripción será del 13 de diciembre al 27 de diciembre de 2021. Los precandidatos podrán inscribirse hasta el 11 de febrero de 2022, y se deberán presentar las preguntas hasta el 27 de enero de 2022. Y para las legislativas la inscripción de las cédulas será hasta el 13 de enero de 2022. Así mismo, del 13 de noviembre al 13 de diciembre de 2021 se llevará a cabo la inscripción para candidatos al Congreso.
Finalmente, a mediados de marzo el Ministerio del Interior por riesgos sanitarios suspendió las elecciones de las Juntas de Acción Comunal, JAL, que estaban previstas para el próximo 25 de abril.

Bolívar Berdugo, magíster en estudios políticos, considera que la pandemia ha puesto en crisis las instituciones de la sociedad total, pero ninguna se ha “descuadernado” y agrega que “la situación plantea para la inteligencia del ser humano grandes retos, entre ellos el de la participación ciudadana en las decisiones que deben tomar los gobiernos”.
Agrega el sociólogo que en medio de la crisis sanitaria se está acrecentando la urgencia de votar, dado que los ciudadanos “buscan líderes que orienten y contribuyan a resolver la crisis relacionada con la pandemia, y con esta a su vez se ha acrecentado la polarización política, pues quienes están en el poder podrían considerar la necesidad de ampliar sus períodos, lo que no es bien visto por amplios sectores de la sociedad”.
Y concluye que hasta la fecha alrededor de 50 países han aplazado elecciones, pero por ejemplo Bolivia ha aumentado el número de votantes en los comicios.
Para el politólogo Arias, si las dinámicas de vacunación siguen siendo bajas “seguramente vamos a tener una merma en la participación política, sin embargo lo que hasta ahora se ve en Ecuador por ejemplo es que en primera vuelta salió casi el mismo número de votantes que cuando no tenían covid”.
Así mismo, señala que las autoridades y políticos deben incentivar la cultura política digital y la participación política por medios digitales e internet en el país.
Barrios, de la MOE, explica que en los países latinos los niveles de participación dependen de dos cosas: la primera es si es obligatorio o no el voto. Y si es obligatorio no se encuentran graves afectaciones frente a la participación ciudadana. “Pero Colombia no tiene voto obligatorio, así que ese es un factor que se debía tener en cuenta. Y lo segundo es que la votación depende del nivel de la contienda electoral, es decir qué tan polarizado se encuentra el país, qué tantos candidatos hay y qué es lo que el país siente que se está jugando en ese proceso electoral”.
Aunque llama la atención la experta acerca de que sí es probable que “algunas personas que estén tomando medidas especiales por enfermedades preexistentes se abstengan”.
Y lo que recomienda es que se tomen medidas claras por ejemplo sobre qué pasa con los jurados de votación que para el próximo año no estén vacunados o estén en lugares que no tengan condiciones bioseguras.