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La desaparición y asesinato de Charlotte Cook, una joven madre de 19 años en Oakland, California, permaneció durante décadas en el olvido. Fue en enero de 1974 cuando Cook salió de casa rumbo a la universidad y nunca volvió. Al día siguiente, su cuerpo apareció en la base de un acantilado en Thornton Beach, con un cinturón alrededor del cuello. El caso quedó abierto, pero sin avances ni responsables.

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Escuchar con insistencia, con el peligro que implica abrirse al abismo de un criminal que no calla, cambió una historia de polvo y olvido. Así lo relató Vanity Fair, haciendo hincapié en cómo el acto persistente de poner atención puede transformar para siempre los casos que parecían congelados.

Años después, el expediente más antiguo de homicidio en Daly City se reactivó gracias a una relación inesperada en el corredor de la muerte, la que entabló William A. Noguera, un condenado en 1983 a muerte en San Quentin, con Joseph Naso, un fotógrafo y exentrenador de béisbol infantil acusado en 2010 de ser un asesino serial.

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Noguera, pintor y escritor dentro de la cárcel, relató a Vanity Fair que logró ganarse la confianza de Joseph Naso (el colombiano con nacionalidad estadounidense) con conversaciones largas, café y caramelos. Así, consiguió que el hombre hablara de sus crímenes con detalles que antes nunca había revelado.

En sus charlas, Naso describía cómo contactaba a jóvenes con falsas ofertas de trabajo como modelos, para luego estrangularlas. También hablaba de una inquietante “Lista de 10”, en la que usaba frases en clave que los fiscales creen corresponden a sus víctimas.

Uno de esos códigos coincidía con el caso de Charlotte, la mención a un abrigo costoso, que resultó ser el de camello con el que la identificó su padre. Otro, sobre una “chica de Berkeley”, permitió vincular a Naso con la desaparición de Lynn Ruth Connes, de 20 años, en 1976.

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Investigadores retoman el caso

Con las cartas y confesiones recogidas por Noguera, el investigador privado Kenneth Mains empezó a conectar pistas con expedientes olvidados. De este modo, la Policía de Daly City y el FBI reabrieron líneas de investigación que apuntan a Naso como responsable de más homicidios, entre ellos el de Charlotte Cook.

El propio Naso fue condenado en 2013 por el asesinato de cuatro mujeres, aunque se sospecha que la cifra real de víctimas podría llegar a más de 20.

Para la familia de Charlotte, la reapertura del caso significa un cierre parcial tras medio siglo de silencio. Su hija, Freedom Cook, expresó a medios estadounidenses que por primera vez pudo pronunciar el nombre de su madre sin rabia.