Para algunos este año ha sido trágico, sobre todo para aquellas personas que perdieron a sus seres queridos por causa de la pandemia, situación que se salió de nuestras manos y hubo que apelar a peticiones generales de toda índole, desde súplicas al eterno creador hasta el conjuro y ritual cabalístico. Lo cierto es que dolorosamente, lamentamos lo ocurrido y deseamos la pronta recuperación y resiliencia para todas las familias que sufrieron estas pérdidas.
Por otro lado para la educación en Colombia, se renueva una experiencia y vivencia de la familia tradicional integrada a través de un confinamiento y además se pudo apreciar el sacrificio de muchos padres que a pesar de su situación económica ,hicieron todos los esfuerzos para que sus hijos recibieran las clases no presenciales, en un nuevo ensayo que a la postre en ningún momento puede reemplazar la presencia física del docente abnegado de pensamiento y corazón pero que jamás podrá ser sustituido uno de carne y hueso por una máquina sin sentimientos.
Felicitaciones a todos los estudiantes que con mucho esfuerzo y sacrificio lograron sus metas escolares ya que no hay mayor recompensa que la satisfacción del deber cumplido; en especial a mis alumnas de la Institución Distrital María Inmaculada en su bella ceremonia de grado el 4 de diciembre.
Además, uno de los beneficiados en este año ha sido la madre naturaleza, la cual se benefició en parte de las acciones depredadoras de la especie humana, muchos animales pudieron salir con tranquilidad y transitar por las calles de las ciudades de diversos países del planeta.
Nos complace también el reciente aporte del investigador barranquillero José Tejada Maury, quien es mi amigo de infancia, juventud, vecino del barrio Olaya quien durante todo este periodo concretó su idea innovadora del sistema alternativo de generación eléctrica por autoinducción y cogeneración simultáneas(Sageaycos9, el cual socializó a través de redes sociales y lo entregó como una solución a la energía del futuro para un mundo en paz y armonía con la naturaleza, regalo que hace a empresarios, industriales, inversionistas y comerciantes de Colombia y del mundo, con el objeto de frenar la depredación y la contaminación ambiental, pero también para que todos los seres del planeta nos beneficiemos de esta fuente de energía alternativa. Propuesta que se contrasta perfectamente con la situación de Japón que arrojará 1,3 toneladas de aguas radiactivas al océano pacífico con las consecuencias de afectación para todos. Pues bien, este sistema puede ser aplicado sin restricciones en cualquier lugar del planeta ya que no requiere de brisas, combustibles, luz solar y menos la energía nuclear.
Esperamos que los colombianos demos paso a la industrialización del país para generar empleo digno para todos los colombianos.
Víctor Manuel Turizo Camaño