Compartir:

Soy enemigo acérrimo de Maduro (y antes también de Chávez) y su sistema dictatorial y anticolombiano, que está siempre a punto de invadirnos o declararnos la guerra al menor papayazo. Pero en este caso de la prensa tengo que decir que esos medios están difamando al servir de transmisores de una imputación sin fallo condenatorio. Aquí se aplica lo mismo que al chisme: es tan culpable el que lo inicia como el que lo propaga ( ver Código Penal Colombiano, art. 222, 223, 224, etc.). Se trata de Venezuela, pero el código colombiano puede servir para ilustrar el concepto. A la prensa colombiana también le cuesta trabajo a veces asimilar esta clase de criterios.

Toribio Araújo Segovia