Una de ellas es el cambio de sistemas de salud obsoletos, con la salvedad de que dichos cambios no deben afectar las condiciones de vida de las personas, ni recaer su manejo directamente sobre un solo grupo político y, ser debidamente estructurado con el paciente como mayor protagonista.
Estas enfermedades reaparecen con frecuencia en una persona afectando su calidad de vida y requiriendo atención médica continua. Las más comunes incluyen infecciones respiratorias, urinarias, gastrointestinales y trastornos autoinmunes.
Tenemos que ponernos de acuerdo con el manejo animal, porque seremos afectados, si los profesionales del ramo, no actúan correctamente con las relaciones humanas y el medio ambiente. Este último, alterado inclementemente con nuestras acciones de deforestación, uso de tóxicos, insecticidas y otros.
La medicina de precisión a la que todos los que la practicamos quisiéramos llegar, tiene ahora un camino más claro al ir más allá de una molécula e ingresar al conocimiento del átomo, la medicina quántica, para entender y solucionar con apoyo de la tecnología avanzada, las hasta ahora, no entendibles causas de muchas enfermedades.
Corresponde al Estado, el Ministerio de Salud, y las entidades territoriales, las escuelas de salud, y sus profesionales, el liderazgo de desarrollar campañas permanentes, que lleven a las personas, a que después de tantos daños, al menos, hayan aprendido a lavarse las manos, usar mascarillas o a disminuir los contactos y en algunos casos los aislamientos.
No se ha confirmado alteración genética en el grupo de pacientes con el diagnóstico de síndrome postcovid, por lo que se necesitan más investigaciones y de esta manera, tratar de precisar a qué se deben las manifestaciones encontradas después de sufrir la enfermedad, o al menos, haber estado en contacto con el virus.
La epidemia es silenciosa y, crece al lado de sistemas que deben organizarse, para el manejo y control utilizando medios educativos que empiecen desde las primeras etapas de la vida. La mayoría de los casos están en adolescentes, personas jóvenes, homosexuales, y en poblaciones migrantes. Las estadísticas de crecimiento aun con un gran subregistro son preocupantes, se debe actuar ya, para enfrentar esta epidemia.
Vivir sin tratar de conocer nuestra existencia y los grandes misterios y problemas insalvables, se constituye en una frustración que nos impulsa a tener diariamente la necesidad de investigar para llegar a respuestas coherentes y precisas que al menos nos dejen satisfechos a aquellos que la vida nos enseña a cada instante.
El lenguaje de los líderes, al menos debe ser decente, ecuánime, y si dicen, buscan la paz, no mostrar las actitudes de la guerra o si quieren, mostrarse benefactores, señalar y divulgar los beneficios.
Revisarse con la sospecha de una virosis, lleva a un mejor manejo y resultados óptimos. No todos los pacientes son iguales y la causa de las denominadas virosis es múltiple.