“Mi padre quiso reconstruir el sueño colombiano”: Patrick Modiano
En su primera rueda de prensa como Nobel de Literatura, el escritor habló de sus nexos con el país. Recibe hoy en Estocolmo el premio de la Academia Sueca. Descendientes del apellido Modiano viven en Barranquilla.
“Me acuerdo que yo estaba pequeño en París y mi padre me llevaba a un instituto Berlitz, donde él hacía traducir las cartas que él enviaba a Colombia”. Así, narrando una historia, comienza Patrick Modiano a evocar a este país, lejano en la distancia, pero aún cercano en sus recuerdos.
El escritor francés, que hoy recibirá el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo, revivió para este medio una leyenda sobre Colombia, cuyos fragmentos comenzó a escribir en su novela autobiográfica Un pedigrí. “Colombia era como una obsesión para mi padre.
De hecho después, ya envejeciendo, me empezaba a dar cuenta que eso era como una quimera. Era todo el tiempo como especie de proyectos. Un sueño quimérico. Él estaba obsesionado por una finca en Colombia. No sé si eso existía. Él tenía siempre proyectos en esos países lejanos”, explicó Modiano, ante la pregunta sobre su relación con Colombia, que le hizo la gestora cultural barranquillera en Estocolmo Alexandra Puccini, de parte de EL HERALDO, durante una rueda de prensa en la Academia Sueca.
En la página 32 de la novela Un pedigrí, Modiano escribe: “Treinta años después (su padre) fue a morir a Suiza, un país neutral. Entre esas dos fechas viajó mucho: Canadá, Guyana, África ecuatorial, Colombia… era El Dorado lo que buscaba en vano”.
La relación de Patrick Modiano con sus padres no fue la mejor. En su autobiografía apunta que su papá, Albert Modiano, trabajó para la Otto, la oficina de compra más importante del mercado negro, en los tiempos de la ocupación alemana en París, y su madre fue una actriz fría que nunca se preocupó por él.
A ambos los describió como “dos mariposas extraviadas e inconscientes en una ciudad sin mirada. Die stadt ohne Blick. Pero qué le voy hacer, ese es el terruño, o el estiércol de donde vengo”. (Ver infografía Familia Modiano).
El sueño por hacer fortuna en Colombia llega a Albert, progenitor del Nobel de Literatura 2014, a través de las historias de su padre Jacques Modiano, el abuelo paterno de Patrick. “Puede ser que esa obsesión por Colombia viniera de su padre (el abuelo Jacques), que había partido muy joven a principios del siglo a Venezuela y después a Colombia. Mi abuelo había ido a Colombia a principios del siglo XX, antes de la guerra del 14”, dijo Patrick durante la primera conferencia de prensa como dignatario del premio.
Mi padre era un hombre bastante extraño. Yo estaba muy joven pero escuchaba hablar a mi padre de una finca en Colombia, de nombres que resurgen”, expresó el Nobel, mientras los flashes fotográficos lo encandilaban.
En Un pedigrí, el Nobel escribe que su padre seguirá “persiguiendo un sueño: el de volver a comprar las acciones de unas explotaciones en Colombia”, y que años después recibió, por equivocación, un informe de una compañía financiera llamada Mocupia, en el que se le dan unas instrucciones a un abogado en Bogotá para entablar un proceso de indemnización de la Sociedad South American Timber a su padre. “Si él hubiera tenido el tiempo evidentemente hubiera escrito, hubiera podido materializar ese sueño, luego yo lo intento desmenuzar pero… y hay nombres de los que me acuerdo, algo como Timbiquí, toda una zona que estaba en el límite (no se acuerda), de hecho era una zona que tenía una especie de proyecto quimérico que se parecía a El Dorado, y que era muy concentrado en Colombia”, recordó el Nobel en Estocolmo.
Modianos en Barranquilla. Según el libro Los Modianos, que describe el árbol genealógico familiar, este apellido es una variación del nombre Modigliana, que es un municipio situado en el territorio de la Provincia de Forlì-cesena, en Emilia-Romaña (Italia). Allí, a través de los años, comenzó la mutación del apellido de Modigliani, como el célebre pintor, a Modillano o Modiano, según las grafías de los idiomas italiano, griego y turco. “Nuestro apellido viene de la ciudad de Livorno, en Italia, y hay otros Modiano que provienen de Triestre, pero estas familias no tienen nada en común”, dice Eva de Modiano, una de las descendientes de esta familia en su residencia en Barranquilla. Patrick en sus memorias escribió que el apellido de su familia viene de la región de Toscana, misma zona donde está ubicada Livorno.
Después de la expulsión de los judíos de España, en 1492, Salónica, ciudad situada en la costa de Grecia, fue convirtiéndose progresivamente en un centro de acogida para numerosos judíos procedentes de España e Italia que emigraron hasta allí.
Este puerto fue el refugio y lugar de progreso para una amplia comunidad judía. “El apellido Modiano fue muy reconocido en Salónica, y la familia era tan importante que hay una calle y un mercado que se llama Modiano, y todo eso lo conocí con mi esposo cuando fuimos años después”, cuenta Eva.
En 1938, Jacob Modiano, con tan solo 18 años de edad, toma un barco de Europa hasta Barranquilla, porque su padre no quería que fuera convocado por la milicia griega.
Puerto Colombia. El joven Modiano termina su viaje desembarcando en Puerto Colombia. Años más tarde se entera, desde la distancia, que su familia ha tenido que fugarse a través de las montañas y el mar Mediterráneo hasta El Líbano, huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Su padre fallece en Beirut durante la travesía y parte de su familia logra refugiarse en Israel.
“De una población de 65 mil judíos que había antes del holocausto en Salónica encontramos en 1960 mil personas. Me contaron que en las playas de Salónica había cantidades de cafés y sus dueños eran judíos y que allí se respirada antes de la guerra un ambiente de mucha alegría. Cuando llegué allá me dio una tristeza horrible al ver que de esas playas no había nada”, lamenta Eva.
En su casa esta guardiana de los secretos de la familia sabe que su apellido tiene una relación lejana con el Nobel.
Según el libro de la familia existen alrededor de cinco mil miembros con este apellido en el mundo. “Nuestros apellidos vienen de diversas ramas que se pierden en el pasado, pero que tienen un mismo origen”, reconoce Eva.
Al ver las fotos del Nobel en los periódicos, la abuela Modiano en Barranquilla distingue su estatura como característica de la familia. “Algunos Modiano son altos”, asegura.
En su casa exhibe varias de las obras de su hija, la artista plástica barranquillera Sara Modiano, quien murió en 2010, pero que su espíritu sobrevive en la obra artística que dejó y una fundación que lleva su nombre y que apoya a jóvenes artistas en el país.
Traducción al español de las palabras del Nobel por Philippe Mouchet, Cecile Lavergne y Jorge Ferreira.
La Academia Sueca entrega sus premios
Estocolmo. El rey Carlos Gustavo de Suecia entrega hoy en Estocolmo los Premios Nobel, que este año han reconocido, entre otros avances, la invención de algo tan común en la vida diaria como las luces led de color azul, cuyo desarrollo fue un desafío durante tres décadas.
Acompañado de su esposa, la reina Silvia de Suecia, presidirá la ceremonia a la que asistirán la princesa heredera Victoria y su esposo, el príncipe Daniel, así como el príncipe Carlos Felipe y su prometida, Sofía Hellqvist, y la princesa Magdalena con su esposo, Christopher O'Neill.
La ceremonia se celebrará, como cada año desde 1926, en el Konserthus (Sala de Conciertos), donde los premiados y 1.570 invitados se darán cita a las 16.30, hora local (15.30 GMT), para honrar a los premiados: 10 hombres y una sola mujer.
Este año, las únicas dos galardonadas lo han sido con el premio de la Paz y el de Medicina, Malala Yousafzai y la noruega May-Britt Moser, respectivamente.
Durante la ceremonia, los premiados, que serán brevemente presentados, recibirán de manos del rey una medalla, un diploma y un certificado monetario por ocho millones de coronas suecas (1,5 millones de dólares). Efe