El Heraldo
Entretenimiento

Marcela García, reina del Carnaval 2016, opina sobre lo que significa ser reina en el siglo XXI

La soberana de las carnestolendas afirmó que las redes sociales son “herramienta imprescindible” en su nuevo rol de líder de la fiesta.

La soberana del Carnaval de Barranquilla, Marcela García Caballero, escribió hoy una columna de opinión en el portal web Tirando Línea, sobre lo que significa ser Reina en el Siglo XXI. En diálogo con EL HERALDO, Marcela afirmó que este texto había sido escrito para expresar su postura como la nueva reina de la fiesta más importante del Caribe y los retos que lleva impuestos desde que aceptó tomar el título.

“Como reina del Carnaval siento un gran compromiso con la ciudad porque quiero que los Barranquilleros vivan una excelente fiesta”, dijo.

Las redes sociales son un punto clave en la nota que escribió la soberana, puesto que estas las consideras una “herramienta imprescindible” en su nuevo rol de líder de la fiesta.

“Me encantan las redes sociales porque siento que puedo estar cerca de la gente. Al mismo tiempo, me sorprendo de todo el cariño que me expresa la gente por estos medios”. La reina también habló sobre lo “feo” de las redes sociales.

“Así como encuentro comentarios muy lindos, también encuentro muchas críticas que al final las tomo como constructivas”, afirmó.

REINA EN EL SIGLO XXI

Si le preguntan a cualquier ex reina del Carnaval de Barranquilla, todas responderían lo mismo, "siempre soñé con esto”. No creo que alguna haya dicho lo contrario.

Te preparas toda tu vida para serlo, participando en las distintas comparsas, compartiendo vivencias de Carnaval, bailando hasta sin música y conociendo desde las entrañas qué significa representar a la ciudad como su soberana.

Sin embargo, nadie te prepara para la realidad de todo. Es imposible hasta que lo vivas en carne propia, sobretodo porque vivimos en un mundo tan rápido y tan cambiante que nadie es capaz de entrenarte para lo que se viene.

Hoy puedo decirlo por vivencia propia y me gustaría compartir con quien quiera que lea esto lo que realmente ha sido comenzar esta travesía tan exquisita en la me he embarcado.

Ser reina del Carnaval en esta década es completamente distinto a lo que pudo vivir mi mamá, por ejemplo, en sus carnavales del año ochenta y dos o los que pudo experimentar mi prima Olga Lucía Rodríguez en su paso como reina del 2004.

Antes, tu deber como reina significaba darle vida a Joselito, gozar con el pueblo y gozártelo tú misma. Hoy, es otro mundo. Es más que eso, mucho más.


Sin importar cuánto te prepares, cuánto trabajes por ello y cuánto de ti quieras entregar, nada te ayuda a enfrentar el primer impacto con la opinión pública.

Como futura periodista que soy, sé que los periódicos, los noticieros y la radio ya no son los únicos que juegan el partido, ahora la hinchada también tiene voz y, para bien o para mal, eso cambia las reglas del juego.


Sé que las redes sociales son un arma esencial para poder ser una reina que perdure en el tiempo. Ellas son las herramientas perfectas para ser una reina digna de la gente.

En este momento, siento que puedo llegarle más a las personas, no solo compartiendo las ideas que tengo para que esta fiesta sea todavía más impactante e incluyente, sino para conocer más acerca de quienes hoy viven la experiencia a mi lado.

Gracias a estas alternativas, ahora tengo la posibilidad de compartir mi día a día, mostrando cómo me disfruto este momento y cómo intento hacer protagonista al verdadero personaje principal de todo este cuento, el Carnaval.

Sin embargo, las redes sociales también se han convertido en un espacio en el que se permite todo. Lo bueno, lo malo y lo feo. Si me preguntaran hoy, qué es lo más importante que debe tener una mujer para ser reina del Carnaval en este siglo, les digo, sinceramente, que se necesita estar convencida de que está enamorada de lo que hace. Punto.

De un momento a otro dejas de estar cómoda en el anonimato y comienzas a ser una figura pública y, con ello, como con todo lo bueno, vienen los beneficios y, a su lado, los sacrificios. Sí, te levantas con comentarios que te hinchan el corazón de amor, pues, sin conocerlos, ya te apoyan, ya te quieren, ya te sienten cerca.

Pero, con ellos, también llegan los de aquellos que, sin tener tampoco mucha idea de quién eres, ya te juzgan, te perfilan y, en ocasiones, te maltratan. No es tarea fácil, se los digo, pues a veces las palabras hacen más daño que los balazos, pero estoy absolutamente convencida de que si tienes alienados tu mente, tu corazón, tu pasión y tu fe en Dios, los obstáculos te hacen más sabios y las críticas más fuertes.

Quise ser reina y hoy me embriaga de alegría haberlo alcanzado porque quiero que la gente conozca a la Marcela que soy, la que quiere contar historias, la que cree que la magia está justo donde menos te lo esperas, la que quiere compartir y aprender de la gente, la que está apasionada por el Carnaval, por sus danzas, por su tradición, por la alegría, pero, ante todo, por las personas que participan en esta fiesta que solo se entiende una vez se llegue a vivirla.

Si me tocara volver a hacer todo de nuevo y pudiese escoger el año preciso para vivir esta experiencia, volvería a escoger el 2016, pues sé que las herramientas que existen, los medios de comunicación, las redes sociales, con su inmediatez y facilidad de alcance, me llevarán a estar más cerca de los barranquilleros, de los carnavaleros, de aquellos que, al igual que yo, creen que el Carnaval es más que una fiesta y consideran que es un estilo de vida.

Estoy segura que las críticas constructivas me ayudarán a mejorar, que los mensajes positivos me alegrarán mis días y que la cercanía permitirá que me conozcan a mí, a la Marcela de siempre, no solo la reina de ahora.

Amo a Barranquilla, no solo porque me vio nacer, sino porque aquí aprendí todo lo que sé y me convertí en quien soy hoy. Aquí aprendí a bailar, a sentir la música como un sexto sentido, a reírme de todo, a encontrar personajes de leyendas en el común del día a día, a tener antojos de sancocho y a soñar en grande.

Yo en Barranquilla entendí que soñar no cuesta nada y, por el contrario, cuando menos te lo esperas, pueden llegar a volverse realidad. Y eso es precisamente lo que quiero mostrar, la persona que soy y la reina que quiero darles, nada más nada menos. 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
DETECTAMOS QUE TIENES UN BLOQUEADOR DE ANUNCIOS ACTIVADO
La publicidad nos ayuda a generar un contenido de alta calidad
No quiero apoyar el contenido de calidad
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.