Algunas preguntas frecuentes que se hacen las mamás son ¿cuándo deben dejar de amamantar a sus bebés? y ¿cuándo es el tiempo adecuado para que los niños dejen el tetero y los pañales?. Posiblemente las recomendaciones de las abuelas pueden ser muy útiles para tratar temas como estos, porque nadie entiende mejor esa tarea, y la dificultad que supone para los padres cuando los niños se rehúsan a eliminar ciertos hábitos.
El lazo afectivo que nace entre madres e hijos durante la lactancia es la germinación de la comunicación entre ambos. A través de las miradas, y de ese primer contacto, se desarrolla todo un canal sensorial que servirá como cordel para liar la vida de la madre con sus hijos.
Es por este motivo que desligar la conexión, que crece producto de ese diálogo no verbal, tiene una gran dificultad para ambas partes, debido a que repercute de forma directa en la compenetración y en ese vínculo estrecho que se formó a través de la lactancia.
La nutrición del infante durante los primeros años de vida es esencial para su desarrollo. La leche materna contiene una cantidad balanceada de carbohidratos, proteínas y grasa indispensables para su crecimiento. Adicionalmente tiene anticuerpos e inmunoglobulinas que protegen al bebé de infecciones y enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud es explícita en su recomendación para prevenir y disminuir el índice de mortalidad infantil indicando que se debe 'Iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida, mantenerla como única forma de alimentación durante los 6 meses siguientes y como complemento de la alimentación familiar hasta los dos años'.
La Academia Americana de Pediatría, por su parte, recomienda hacerlo hasta el año, dependiendo del nivel de apego existente entre el bebé y la madre.
'Este es un tema de mucha discusión, pero es necesario evaluar cuando la mamá está preparada y tranquila para no seguir lactando. El bebé nunca puede dejar la leche materna antes de los 4 meses. Sin embargo, después del año la leche empieza a perder importancia nutricional que ya la proporcionan otros alimentos', afirmó Pilar Arroyabe, Psiquiatra egresada de la Universidad Javeriana, Subespecialista en Psiquiatría infantil y adolescente.
El tetero y el chupo son otros elementos que, después de un tiempo, generan gran dependencia por el efecto tranquilizador que producen en los bebés. Los niños comienzan a demandar su uso como un sedante en momentos de ansiedad y, como consecuencia, pueden padecer problemas de reflujo y caries de biberón.
'Lo ideal es cuando el niño tenga más o menos 13 meses y pueda agarrar el vaso con sus manos. Es importante que los papás le muestren al niño otras opciones y él las explore, en lugar de preguntarle si quiere el vaso pitillo o vaso de entrenamiento, se lo muestren para que lo conozca, que sea un movimiento natural y no le den el chupo cada vez que llora', explicó Arroyabe.
Otro tema que inquieta a algunos padres es el uso del pañal ¿cómo enseñar a su bebé a ir al baño?. Algunos ven el control de esfínteres de los niños como una ‘misión imposible’, sobre todo después de haber cambiado aproximadamente de cinco a seis pañales al día, lo que deja una cifra cercana a los dos mil pañales desechables usados durante el primer año de vida. Esta amplia experiencia que adquieren los padres en el cambio de pañales es una labor extenuante también para el bolsillo, pues traducida en números la cifra podría ascender anualmente a $1.400.000 pesos, una cantidad nada despreciable que puede ser fácilmente invertida en gastos del hogar.
El Pediatra de la Universidad de Buenos Aires, Juan Consuegra Asmar, señala que después del año ya el niño puede manejar el control de esfínteres. 'Los padres deben ser cuidadosos para que el cambio no sea brusco, porque es una etapa en la que el niño está asimilando rápidamente muchos cambios que deben hacerse de manera paulatina, sin exigirle demasiado pero dándoles la instrucción que necesitan'. Manifestó
Muchas abuelas se ufanan de que sus hijos dejaron los pañales siendo muy pequeños, y es posible que el esfuerzo que invirtieron en la prontitud de la enseñanza se debía a la espinosa tarea de lavar a mano y con agua hervida los pañales. Sin criticar la sabiduría de nuestras antecesoras, es importante tener en cuenta que debe existir un entrenamiento conductual para que el niño asimile positivamente estos cambios y no hacerlos de manera abrupta.
'Para dejar los pañales no hay una edad específica, inicia cuando el niño aprende a identificar el momento en el que siente ganas, y es allí cuando los padres deben hacer una labor de entrenamiento. Podrían comenzar quitándole el pañal en el día y poniéndoselo en la noche, pueden también aprovechar los premios y el refuerzo positivo cuando el bebé cuando lo haga, pero sin castigos, porque el castigo genera una aversión que dificulta el cambio. La eliminación del pañal ocurre más o menos a los 2 años y su permanencia empieza a ser patológica después de los 4 años', expresó la Psiquiatra Infantil en su dialogo con EL HERALDO.
Abandonar la etapa de lactancia, los pañales y los teteros, marca el fin de un periodo de absoluta dependencia del bebé a la madre, para empezar por sí mismo un ciclo de exploración. Generalmente a los dos años se despliegan una serie de cambios significativos en la vida de los pequeños, quienes animados por sus padres inician de manera progresiva, con mucha paciencia y entrega, su transición de bebés a niños.
1 año
A esta edad los niños desarrollan múltiples habilidades motoras que serán fundamentales para su vida y su crecimiento. Comienzan a dejar de lado el gateo porque ya logran caminar de la mano o permanecer de pie. Los padres deben darles de comer alimentos complementarios a la leche o al tetero por los nutrientes que necesitan. Muchos niños ya logran identificar cuando sienten ganas de hacer sus necesidades
2 años
El niño empieza a ser cada vez más independiente y con grandes capacidades de socialización. Normalmente ya sabe caminar y decir palabras, en algunos casos tienen el lenguaje bastante avanzado. Desarrollan motricidad fina y logran tomar la cuchara, algunos pueden comer solos. A esta edad ya son capaces de controlar esfínteres, tomar en vasos de entrenamiento, olvidar el chupo y desapegarse de la leche materna.
Cinco pasos para enseñar a su bebé a ir al baño solo
Analizar si está listo: Lo principal es observar si el niño ya tiene algo de independencia. Si camina y se sienta solo, si puede bajarse el pantalón, si identifica cuando tiene ganas de hacerlo.
Enséñale como hacerlo: Los niños aprenden fácilmente a través de la imitación. Es importante mostrarle como se hace, explicarle la acción, enseñarle el uso del inodoro y la rutina de limpieza.
Comprar utensilios: Es importante que los padres adquieran los elementos necesarios para facilitar las idas al baño del bebé. Un asiento cómodo o una bacinica pueden hacer más sencilla la situación.
Crear hábitos: Enseñar al niño con naturalidad es una parte muy importante. El niño empezará a adaptarse a la rutina. Lo ideal es que lo haga a ciertas horas, después de despertar, almorzar o cenar.
Motivar su autonomía: Animar e incentivar al niño a hacerlo solo, es vital para su crecimiento. Aunque exista la ayuda y supervisión de los padres, podrá aprender a ser más independiente.