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Cientos de historias terroríficas se han venido tejiendo en Barranquilla y el Atlántico durante décadas, algunas podrían rozar el siglo, incluso. Eso lo sabe bien el periodista paranormal Álvaro Palacio, quien se ha dedicado a estudiar y localizar estos mitos urbanos, de la mano de sus mejores conocedores: los habitantes de la ciudad.

Las más conocidas, que son aproximadamente 137, asegura el experto, al parecer nacieron de historias de la vida real, que se 'transportaron a un universo paralelo y espiritual'.

'Analizando todo lo que hemos podido investigar, comprobamos que estas historias son bastante vivenciales. Son situaciones que ocurrieron en la vida de una persona que ya no está, pero que por lo grave que fueron los sucesos, quedaron en las mentes, convirtiéndose en un relato paranormal', reiteró Palacio.

Leyendas de fantasmas de niños, ancianos, mujeres y animales que salen por las madrugadas a espantar a los vivos, además de lugares que fueron concurridos en algún tiempo, pero que ahora están ‘embrujados’, vuelven a estar en boca de los atlanticenses en vísperas de Halloween, una fiesta foránea que ha ido ganando popularidad en este lado del mundo, y que renueva, cada año, la oferta sobre leyendas y mitos que causan terror.

Mitos y leyendas urbanas más extendidas

Las cabezonas: se dice que, por las madrugadas, dos niñas cabezonas espantan a los transeúntes a las afueras del olvidado Seguro Social del barrio Los Andes. Según afirma el mito urbano, las dos pequeñas nacieron allí, pero sus padres las abandonaron por sufrir de hidrocefalia. Enfermeras del lugar se hicieron cargo de ellas, pero las niñas murieron a los meses. Los habitantes del sector aseguran que sus almas penan y todas las noches se les escucha cantar: 'La puerta está abierta y puedes entrar. Hay cartas en la mesa y puedes jugar'.

La novia de Puerto Colombia.

Dice la leyenda que una mujer, luciendo un vestido de novia, se pasea todas las noches por la vía que comunica a Barranquilla con Puerto Colombia. Según el mito, luego de la ceremonia de matrimonio, la mujer sufrió un accidente junto con su esposo y unos amigos, pero ella fue la única que murió. A partir de allí, conductores de buses y taxis aseguran que una dama vestida de blanco aparece de repente sentada en el asiento trasero, causando un terrible accidente por el susto que produce.

Las brujas del Jardín Botánico: la leyenda cuenta que al Jardín Botánico de la carrera 14, en el sur de Barranquilla –donde próximamente se construirá un parque– llegan aves negras todas las noches, desde muy lejos. Al parecer, estas son brujas que se transforman en animales por medio de un ritual de magia negra, llamado ‘shaguá’.

Se dice que las brujas llegan al lugar a realizar sus hechizos malévolos, y quien se acerque al recinto correrá el riesgo de ser embrujado o convertido en sapo.

La monja en el hospital: se dice que en los años 50, cuando el Hospital de Barranquilla contaba con una orden de monjas que llegaron al lugar a ayudar a los enfermos, Hortensia, una de ellas, se encargaba de cuidar a las ‘mujeres de la vida alegre’ que llegaban al lugar. La leyenda cuenta que una de las prostitutas estaba embarazada y la monja se dedicó mucho a su cuidado, pero la mujer murió en el parto, lo que le causó tanto dolor a la religiosa que, a los días, muere a causa de un infarto. Desde entonces, la madre pena por los pasillos del hospital.

El niño en el cementerio: cuenta el mito urbano que en los alrededores del Cementerio Universal y de la calle Murillo de Barranquilla, desde la medianoche se oye a un niño llorar desconsolado. Al parecer, el pequeño vivía en una casa aledaña al sector y fue abandonado allí, por lo que sale a las calles en busca de sus padres. Se dice que cuando un transeúnte lo carga, de repente se enlaguna, y al despertar, se ve rodeado de un cuerpo de una persona adulta decapitada.

El caballo galopante: en la carrera ocho de Barranquilla, ubicada al sur de la ciudad, los habitantes comentan que todos los días, cerca de la 1 a.m., se escucha un caballo galopando en el bulevar. Incluso, cuentan que sienten cuando el animal entra a las casas a beber agua. La leyenda dice que el equino pertenecía a Rondón, un negro africano que hacía sacrificos humanos en el Castillo La Alboraya, y luego se bañaba con la sangre. Rondón se paseaba por las calles en un caballo negro y, según el mito, es el que sale por las noches.

En el museo

Este sábado, los visitantes del Museo del Caribe de Barranquilla conocerán los rituales de la muerte de las comunidades de esta región. Las actividades realizadas en simultáneo, y que contarán con la participación de la reina del Carnaval 2016, Marcela García Caballero, comenzarán desde las 2 p.m. e irán hasta las 9 p.m.

Inspirados en el cementerio de Mompox, el ‘lobby’ del Museo se transforma en un espacio de misterio, a cargo del colectivo Lavamoatumbá.

En la Sala Gabriel García Márquez se hará una recreación de la muerte de Prudencio Aguilar, personaje de ‘Cien años de soledad’.

En la Sala de la Naturaleza, se contarán tradiciones funerarias de A’yalajiraa y de desiertos colombianos.

En la Sala de la Gente se brindará un espacio para conocer las legendarias historias de luz y de sombras dentro de la kankuruwa.

La Sala de la Palabra abrirá un ‘photobooth’, donde los asistentes podrán tomarse terroríficas fotos de Halloween en el Museo del Caribe y compartir sus historias.

Ruta de misterio

‘Alma en pena’, ruta fantasma de Barranquilla, organizada por #todomono, se llevará a cabo mañana, a las 7 p.m. Con el apoyo del Museo de Arte Moderno de la ciudad, quienes deseen asistir al encuentro irán a bordo del Buséfalo. El viejo Castillo de la Alboraya y al Cementerio Calancala serán los lugares que visitarán estos aventureros, quienes, comandados por un guía, conocerán las historias de terror que se tejen en esos lugares.