Son lágrimas bañadas de dorado que se asoman entre verdes ramajes, como llorando una oda feliz. Es abril y es normal que esas gotas amarillas, cristalizadas como murmullos en flor, enmarquen la estampa más feliz y característica por estas épocas de Curramba, la Bella.
El viento hace de las suyas y corteja el florido follaje que engalana las calles de esta vieja Barranquilla, doradas por el sol y las arenas, como dice la canción.
Parece que una colonia de mariposas amarillas, como voladas de las letras de García Márquez, se fueron a posar en los tallos delgados del árbol, cuya altura puede llegar a alcanzar los veinte metros de longitud.
Es la estampa de la Lluvia de oro, árbol insignia de la ciudad, que regala un bonito halo primaveral a quienes habitan o visitan La Arenosa por estos meses.
La especie. La Cassia fistula o Caña fístula es el nombre científico de la Lluvia de oro. Es natural del Medio Oriente, de lugares que, como Barranquilla, se encuentran en todo el área tropical del planeta, lindante al paralelo del Ecuador.
Armando Padilla, biólogo y coordinador de cuidadores del zoológico, explica que esta planta posee un mecanismo de adaptación que la hace acomodarse al tiempo de sequía de la ciudad. Las condiciones climáticas de la región permiten el crecimiento de estos árboles foráneos, cuyo fruto es utilizado como laxante liviano.
Las hojas sirven como colirios en caso de picaduras de avispas; la cataplasma de la pulpa del fruto se usa para golpes y contusiones, reumatismo, picadura de culebras, tumores e incluso cáncer. Su madera, dura y resistente, es usada comúnmente en ebanistería. La Lluvia de oro es el árbol nacional de Tailandia’.
flores amarillas. El bulevar de la carrera 58 se convierte en un oasis forrado de amarillo. El parque El Golf recibe a todos, justo en la intersección y división de las carreras 59B y 60, con una fastuosa cascada amarilla que pende de lo alto, pero que alcanza a rozar las cabezas de quienes pasan justo debajo de él. La carrera 46 es otra de las avenidas que se viste de amarillo con las delicadas florecitas que penden de los ramos de lágrimas naturales.
Rosa sensación. Otra de las plantas que más vistosidad regala a Barranquilla es la de La trinitaria. La bougainvillea glabra -nombre científico- o `Flor de papel 'acaricia los andenes de la ciudad con las hojas fucsia que caen en ellos. Es común observar su tupido follaje sobre muros y paredes, que parecen fortalezas florales por el adorno natural que estas aportan.
Originaria de Brasil, es una planta ideal para bonsáis. Sus hojas parecen papelillos y su flor suele asomarse tímidamente entre ellas, blanca y diminuta.
Barranquilla, sin estaciones, parece no necesitarlas para tener su primavera. Aquí no hay flores multicolores entre prados verdes y lozanos, aquí se vive y se respira una atmósfera rosa y amarilla. Una marejada bicolor que se siente en cada esquina y que invita a despeinar a todos con los frescos vientos del abril que nos visita.
Por Andrea Jiménez J.