La historia de Giselle Lacouture Pacini, la exreina del Carnaval, que hoy en día protagoniza las principales noticias de las revistas del corazón en España por su romance con la estrella del fútbol español Carles Puyol comenzó en su natal Barranquilla.
Giselle desde temprana edad se acercó a las artes especialmente al canto y a la danza, donde siempre se destacó, como contó el director de espectáculos Mauricio Cherkes, quien conoció a Giselle en el Colegio Parrish, donde cursó sus años escolares. “Cuando yo citaba a ensayos a las seis de la mañana, Giselle llegaba a las cinco y media, desde esa hora ella se quedaba dormida hasta las ocho, pero cuando le tocaba su turno lo hacía todo perfecto y era como un tren a toda velocidad”.
Cherkes también narró otro de sus episodios con Giselle. “En Roma durante una gira, Giselle se nos perdió y no le importó si nosotros estábamos preocupados por ella o no, y apareció como a las seis de la tarde y a todos nos dañó el viaje por estar buscándola y ella estaba feliz disfrutando del paseo y la parte artística de la ciudad”.
Giselle a medida que fue creciendo siempre llamaba la atención donde llegaba, según contó Cherkes. “Cuando íbamos a las fiestas privadas ella era la niña show. Desde allí ya era una estrella”.
Para Giselle no fue extraño protagonizar en 2004 la comparsa Nacen estrellas del Country Club, donde en esa época fue elegida Capitana de Juvenil y años más tarde Capitana de Solteros, según narró Édgar Erazo. “Su comparsa fue espectacular. Fue una niña que cantó y bailó. Ella cautivó a todo el auditorio del Jumbo, porque siempre se ha destacado por ser una artista integral”.
Una Reina sin protocolo. María Alexandra Uscátegui, quien fue su jefe prensa durante el Carnaval 2010, contó varias de las innovaciones que Giselle impuso en el evento. “Ella se creó el saludo del güepajé y la trietnia. Cuando a ella la iban a despertar, porque Giselle no es una persona que anda con reloj y no tiene el sentido de la hora, el papá la iba a despertar todos los días y le decía ¡güepajé!. Ella mismo dijo: soy víctima de mi propio invento, quién me mandó inventarme esa palabra, porque en todas partes la saludaban con el ¡güepajé!”. Durante la visita presidencial en Bogotá la Reina también marcó la diferencia. “Cuando visitó al expresidente Uribe ella cantó y bailó para él, y de hecho le leyó el bando a Uribe, y allí rompió el protocolo, pero lo hizo de una forma respetuosa y original”.
Otra de las reformas que impulsó Giselle en su reinado fue el cambio en los textos del Bando, como recordó Uscátegui. “En la lectura del Bando, el mismo día me llama y me dice: Tata, cambié el Bando. Yo dije: ¿Cómo? son las cuatro de la tarde, y la lectura era a las seis. Le pregunté: ¿Quién escribió el bando? Y me dijo que lo había escrito ella, llamamos a EL HERALDO y tomamos la foto. Puedo asegurar que ha sido uno de los textos del bando más inigualables de la historia del Carnaval, porque le llegó a la gente y fue auténtico”.
María Alexandra Uscátegui adelantó a EL HERALDO que está escribiendo un libro con sus memorias, como jefe de prensa de varias Reinas del Carnaval. “El capítulo de Giselle dentro de mi libro es uno de los más especiales. Ella fue la primera reina que salió en bicicleta en plena Gran Parada de Tradición, personificando su papel de marimonda, porque ese disfraz ella se lo gozó muchísimo con su espontaneidad”. Giselle mira al futuro en la nueva ciudad en la que ahora habita, pero sus amigos como Mauricio Cherkes nunca olvidan que “ella no es la persona que creemos, ella es mucho más maravillosa de lo que podemos imaginar. Siempre ha sido una estrella que brilla con luz propia”.
Por Lina Robles Luján
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